Destacan a Moreno y a Tigre como dos lugares ideales para el avistaje de aves

La subsecretaría de Turismo de la provincia de Buenos Aires destacó hoy a los municipios de Moreno y Tigre como lugares «ideales» para el avistaje de aves y los amantes de la fauna silvestre, donde sólo se precisan paciencia y ganas de caminar en espacios abiertos, ideales para la actividad turística pospandemia.

El naturalista de campo y especialista en fauna, Hernán Ibañez, es uno de los encargados de proteger el Área Natural Protegida “Dique Ingeniero Roggero”, que tiene más de mil hectáreas en Moreno, donde conviven 213 especies de aves: desde el jilguero dorado hasta el martín pescador mediano.

«El lugar, como toda reserva urbana, tiene un potencial muy grande en lo que respecta a la concientización y difusión sobre la preservación de la naturaleza y la conservación de la biodiversidad», contó en declaraciones difundidas por el organismo provincial.

Sostuvo que la reserva municipal Los Robles, que forma parte de ese conjunto de bioparques de Moreno, «brinda refugio y alimento para distintas especies de la fauna silvestre que, por la modificación de las áreas, tienen pocos parches de ambiente donde puedan vivir”.

Los Robles invita a que el visitante admire el paisaje natural, compare las distintas especies y descubra el origen de las aves migratorias.

El lugar tiene servicios de guardaparques, senderos interpretativos, centro de visitantes, biblioteca, camping, cabañas, parrillas, proveeduría, alquiler de bicicletas y baño.

La actividad, conocida mundialmente como “bird watching”, y que sólo requiere de un par de binoculares, un bolígrafo y una guía para anotar y reconocer especies, tiene otro espacio bonaerense para su práctica: el paisaje protegido «Delta Terra», sobre el arroyo Rama Negra Chico, en la primera sección de islas del Paraná, partido de Tigre.

Con una superficie de 22 hectáreas, sobresalen las actividades de senderismo interpretativo, observación de flora y fauna, espacios propicios para contemplación y meditación, práctica de remo y fotosafaris.

El sector cuenta con unas 120 especies de aves y espejos de agua, como una laguna y bañados donde los visitantes pueden apreciar a las garzas blanca, mora y bruja, además de gallaretas, chajaes y diferentes especies de patos.

Una de las más buscadas es el caracolero, un ave rapaz de pico ganchudo que utiliza como herramienta para extraer a los caracoles de sus valvas.

«En Delta Terra realizamos actividades de avistaje de aves en pequeños grupos con el desafío de encontrar e identificar especies, y todo esto sucede en un entorno donde los únicos sonidos son los que ellas producen y los de la propia naturaleza”, aseguró la bióloga marina, Marina Homberg.

Desde la subsecretaría de Turismo de la provincia de Buenos Aires subrayaron que el territorio bonaerense cuenta “con numerosos cuerpos de agua, de alta bioproductividad y una avifauna acuática muy rica y variada”.

Télam