Habló el camionero al que le amputaron un dedo durante un robo: “Les agradecí a los delincuentes que no me mataran”

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“Les agradecí a los delincuentes que no me mataran”, así de categórica fue la frase que refleja el terrible momento que vivió Juan Alsogaray cuando, en la madrugada del jueves 26 de julio, le amputaron uno de sus dedos al ser asaltado por al menos dos delincuentes en plena Ruta 6 a la altura del partido de Pilar.
El chofer de larga distancia, que trabaja en la empresa Tiye, está pasando por un momento difícil. Psicológicamente está empezando a sentir el trauma que provoca una situación de este tipo, donde sin mediar ni un segundo de tiempo, pudo haber perdido la vida. “De noche no puedo dormir porque estoy como exaltado. Sinceramente cuando estaba en el hospital pensé que al otro día podía salir a trabajar nuevamente, pero ahora estoy cayendo con todo lo ocurrido y me cuesta salir adelante”, comentó Alsogaray quién como dato positivo reconoce que, dada la situación límite vivida, ha mejorado sensiblemente su relación familiar y especialmente con sus tres hijos Lautaro, Romina y Julieta. “Los chicos sufren mucho este tipo de situaciones e inclusive una de mis hijas no quiere que ni que salga a la esquina”, subrayó el profesional del volante.
Médicamente y luego de haber sido dado de alta en el hospital, comenzó a realizarse los controles con la aseguradora de trabajo. Por no estar conforme con la atención recibida en General Rodríguez, ahora se está buscando otro centro médico, dado que argumentó que “hay doctores que quieren que vuelva enseguida al trabajo y ni siquiera me sacaron la venda de la mano. Realmente es para no creer”.
Aquella madrugada Alsogaray había salido de la ciudad de Longchamps rumbo a Córdoba. Acostumbrados a realizar miles de kilómetros, era uno de esos viajes que dentro del mundo camionero consideran cortos. Circulando por la Ruta 6, primero un auto se le cruzó delante de su camión y posteriormente una moto se le puso a la par. En un abrir y cerrar de ojos se encontró con una persona dentro de su cabina y posteriormente otra, con más violencia, le pedía un dinero que no tenía. Lo increíble del cierre de esta historia es que al finalizar el robo y notando la falta del botín buscado, los propios delincuentes le pidieron disculpas por el error cometido. Pese a ello, se llevaron el escaso dinero y algunas pertenencias que el chofer de La Serenísima llevaba en su habitáculo.
El resultado de la feroz golpiza fue: la amputación del dedo índice, la recuperación milagrosa del dedo mayor, el aflojamiento de varias piezas dentales y contusiones y cortes en distintas partes del cuerpo. Pese a este temible resultado, Alsogaray no se amilana “volveré al trabajo en las rutas porque se camionero es un sentimiento. Tuve la posibilidad de trabajar muchos años como administrativo y realmente no cambio la vida que llevo arriba del camión”, asegura el hombre que salió al cruce de aquellos que dudan de lo ocurrido por el dinero que cobraría en el fututo “cambio toda la plata del mundo con el fin de recuperar mi dedo”, sentenció.
Con saña
El concejal Manuel González es delegado dentro de la empresa Tiye, por lo que conoce bien el andamiaje diario que viven sus colegas camioneros. Acompañando a su compañero en estos momentos difíciles comentó: “Lo que le ocurrió a Juan fue un hecho con mucha saña. Igualmente debemos decir que no es el único hecho, puesto que lamentablemente recibimos denuncias constantemente de lo difícil que hoy esta salir a la rutas y no solamente por la inseguridad, sino por el estado desastroso en que se encuentran las mismas”.
Más adelante el propio González agregó: “El mal estado de las rutas hace que el camión vaya más despacio. Todos los golpes en el asfalto se sienten en la columna vertebral, porque hay que pensar que un chofer pasa más de 12 horas arriba del camión y eso repercute seriamente en la salud”.