Aún no hay detenidos por el homicidio de la joven paraguaya ocurrido en Las Malvinas

Finalmente la joven asesinada en Las Malvinas, partido de General Rodríguez, fue identificada. Se trata de Rosa Claribel López Caballero, de 27 años de edad. La mujer era oriunda de la hermana República de Paraguay. Vivía sola en la Argentina y estaba radicada en Las Malvinas, a poco más de seiscientos metros del lugar donde fue encontrado su cuerpo, salvajemente atacado.
Cuando el amanecer del sábado 24 de noviembre le ganó a la oscuridad de la madrugada, un vecino que caminaba por la calle Patricio Ham, casi esquina Caseros, se encontró de frente con el horror. Tirado entre altos pastizales se hallaba el cuerpo de una joven mujer. El hombre, shockeado, corrió hasta la garita de seguridad localizada en la esquina de la calle Corrientes y Almirante Brown. El vigilador privado, que presta servicios para el Club de Campo El Nacional, escuchó la macabra noticia y avisó inmediatamente a la Policía. Quien descubrió el cadáver siguió su camino y se perdió en el anonimato.
Móviles de la seccional 2º de General Rodríguez -Las Malvinas- corroboraron la denuncia. Posteriormente llegaron los peritos. Los expertos examinaron la zona y llegaron a una rápida conclusión. Se trataba del escenario del crimen primario. La joven había sido asesinada en el lugar.
La mujer presentaba varias heridas de arma blanca en el pecho. Además fuertes golpes en la cabeza, que habían desprendido de su cráneo el cuero cabelludo, pero no hubo pérdida de masa encefálica. Un manchón de sangre sobre la cinta asfáltica era mudo testigo de los brutales golpes. Tal vez se encontraba desvanecida cuando la apuñalaron. Los resultados de la autopsia no se dieron a conocer, así que solo es una presunción.
Desde la fiscalía a cargo de la instrucción se solicitó colaboración al municipio. Mauro García, responsable de la delegación comunal de Las Malvinas, remitió una cuadrilla de obreros que limpió parte del terreno. El objetivo del desmalezamiento era hallar el arma homicida: un pequeño cuchillo, con filo en un solo sector de la hoja, del tipo doméstico. No hubo suerte en la exhaustiva búsqueda.
El cadáver estaba enteramente vestido, motivo por el cual se descartó un ataque sexual. La proliferación de cuchilladas -una de ellas le atravesó el corazón- permitieron inferir que el móvil sería pasional. La hipótesis del robo no tuvo ningún adepto.
Fuentes consultadas indicaron que en sus manos se visualizaron dos pruebas que podrían comprometer al autor del femicidio. Una de ellas sería una cadenita que la víctima habría arrancado del cuello del atacante. En la otra habría restos de cabellos. Estos fueron remitidos al Cuerpo Médico Forense y serían sometidos a un análisis genético.
El misterio estaba centrado en la identificación del cadáver. Sólo trascendieron algunas características físicas, que en honor a la verdad se ajustaba a cientos de mujeres: tez trigueña, cabello castaño oscuro, de 20 a 25 años y 1.62 de altura. Nada más.
La policía comenzó una rueda de consulta con las distintas comisarías de la región, en la búsqueda de una denuncia de averiguación de paradero. El esfuerzo fue infructuoso. Las horas pasaban y no se producía la individualización del cuerpo, mojón fundamental para avanzar en la pesquisa.
Recién el miércoles 28 de noviembre una persona se acercó a la dependencia policial de Las Malvinas con una inquietud. Desde hacía varios días intentaba ubicar a Rosa Claribel López Caballero, una chica paraguaya que vivía a poco más de seis cuadras del lugar del macabro hallazgo, para cobrar una pequeña deuda. En su modesta casa no había movimientos y algunos vecinos le habrían dicho que no la veían desde hacía días. Había escuchado la noticia del homicidio y decidió comunicar la novedad en la comisaría. La punta del hilo lo encontró un ciudadano común y corriente. La madeja se comenzó a desenredar.
Desde la justicia y la policía se mantuvo un hermético silencio respecto a la pesquisa. Los datos que se obtenían eran brindados por canales no oficiales y con exclusiva reserva. A través de ellos se supo que otro de los hallazgos realizados por los uniformados era una campera negra, liviana, y con publicidades que se corresponderían con una conocida cadena de supermercados, sin locales en la zona. Estaba tirada a metros del cuerpo. Todo parece indicar que la pista fue abandonada, presunción que se ve reforzada con los hechos que se sucedieron a continuación.
Rosa Claribel López Caballero tenía 27 años, era de nacionalidad paraguaya y vivía sola en Las Malvinas. Desde hace meses estaba empleada en el supermercado de capitales orientales Géminis, ubicado frente a la estación ferroviaria de Las Malvinas, a la vera de la ruta 7. Ningún policía se acercó a la decena de comercios de este tipo que se encuentran en la zona, pese a los indicios que vinculaban al cuerpo con una actividad de esta índole. Si algún investigador hubiese tenido la iniciativa de consultar en ellos sobre la falta de personal se habría llevado una sorpresa. Ese fatídico sábado López Caballero tenía que trabajar. Como así también el domingo, el lunes y el martes siguiente. ¿Una grave falta que implicaría que hasta el día de hoy el principal sospechoso del homicidio no haya sido aprehendido e indagado?. Nadie responde a este enigma. También se puede preguntar por qué los dueños de Géminis no radicaron denuncia. Ante la requisitoria de la prensa, los responsables del emprendimiento esgrimieron su desconocimiento del idioma. El resultado: cinco días sin determinar la identidad de la víctima.
Sergio Fernández, secretario de Seguridad de la municipalidad de General Rodríguez -en una entrevista televisiva brindada a la señal local de Telered- confirmó que el autor del homicidio sería una sola persona. Las sospechas estarían centradas en un individuo que sería numerario de una fuerza de seguridad nacional, que tendría un vínculo estrecho con la víctima, aunque no se sabe la magnitud del mismo.
La supuesta participación de este sujeto en el hecho habría motivado que la causa sea delegada en la fiscalía de Delitos Complejos de Mercedes, a cargo del Dr. Juan Ignacio Bidone, el mismo que tuvo a su cargo la investigación del triple crimen de General Rodríguez. ¿Habrá novedades en el corto plazo o el caso quedará impune, debido al tiempo perdido inicialmente?. Un axioma en la investigación criminalística dice que las primeras 48 horas son claves para esclarecer un homicidio. Pasaron 120 para individualizar a la víctima. ¿Habrá culpable? ¿El homicida pagará por su salvaje crimen?. La respuesta a este interrogante está nuevamente centrada en la labor de la justicia y de la policía.