El robo de un colectivo generó la posibilidad de un nuevo paro en el transporte público de pasajeros en la región

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Durante la noche de este domingo 16 de marzo un colectivo perteneciente a la empresa de transporte La Perlita fue sustraído en el barrio Villanueva de la localidad morenense de Trujui. Además de asaltar al pasaje -chofer incluido- el delincuente se llevó la unidad, la cual apareció intacta horas después en el partido de Tres de Febrero.
La locura no se detiene. Los robos violentos en los colectivos de la empresa de transporte La Perlita en la trama urbana y suburbana de Moreno -en mucha menor medida en General Rodríguez- generan temor entre los choferes y usuarios. Sin ir más lejos este fin de semana se produjeron dos hechos en la zona norte de Moreno.
El primero de ellos ocurrió en el barrio Lomas de Moreno. Allí durante la noche del sábado fue salvajemente asaltado el chofer de la unidad que cubre ese recorrido desde la estación ferroviaria. Los delincuentes desvalijaron a los pasajeros y al conductor, a quien, además, golpearon brutalmente.
Pero el que trascendió mediáticamente -el grueso de los medios nacionales se hicieron eco de la situación- se produjo al filo de la medianoche de este domingo 16 de marzo. Un malviviente subió al colectivo, pagando su boleto. A las pocas cuadras sacó un arma, amenazó a los usuarios y los despojó de sus bienes. Posteriormente repitió la operación con el chofer. Acto seguido, los obligó a descender y -después de un par de intentos infructuosos- se llevó el micro.
Alertada la policía del hecho, se montó un operativo cerrojo, pero el colectivo con su improvisado chofer ya había abandonado la zona. Horas después fue encontrado abandonado e intacto en el partido de Tres de Febrero.
Una vez que se conoció el robo, la psicosis ganó la comunidad. Los rumores de un nuevo paro en el transporte público de pasajeros, como ya había ocurrido el viernes anterior, se escuchó con fuerza durante la mañana del lunes. Finalmente fue desmentido por los delegados de los trabajadores de la empresa de transporte La Perlita, y el servicio se prestó normalmente durante toda la jornada.
Paro y caos
El viernes 14 de marzo, en horas de la madrugada, se produjo el homicidio de Leonardo Paz, de 22 años. El hecho ocurrió en el interno 1030 de la línea 56 de colectivos, perteneciente a la empresa DOTA.
Según los investigadores, todo comenzó cuando al menos dos jóvenes subieron al colectivo en el cruce de la calle Boulogne Sur Mer y la colectora de la autopista Riccheri, en el barrio de Villa Celina, partido de La Matanza, en el oeste del conurbano bonaerense.
Allí, los delincuentes amenazaron a unos diez pasajeros y comenzaron a exigirles el dinero y los objetos de valor que portaban en ese momento.
“Iban uno por uno y apenas les robaban todo lo que tenían los hacían bajar del colectivo”, dijo a Télam un jefe policial que participa de la investigación del hecho.
Entre los pasajeros se hallaba un efectivo de la Policía Federal que se encontraba sentado en el último asiento y estaba vestido con ropas de civil.
Al llegar a él, ya no se encontraban otros pasajeros dentro del colectivo y el policía decidió identificarse y extraer su arma reglamentaria.
En ese momento, los delincuentes comenzaron a disparar y aprovecharon para bajar del colectivo con intenciones de escapar.
“El policía no alcanzó a disparar arriba del colectivo, pero los delincuentes bajaron y siguieron disparando. Allí fue cuando hirieron al colectivero”, explicó el jefe policial consultado.
El chofer fue auxiliado por el propio policía que se hallaba junto a él y fue trasladado de urgencia al Hospital Piñero, donde fue atendido durante varias horas hasta que finalmente murió como consecuencia de las heridas.
Horas después, la Unión Tranviarios Automotor decidió un paro de 12 horas, de manera intempestiva. Cientos de miles de pasajeros quedaron varados en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal. Las calles de Moreno y General Rodríguez mostraban la ausencia de colectivos y el enojo de los usuarios. Los remises -preponderantemente- y los autos particulares -además de micros “truchos”- se adueñaron del paisaje. La “normalidad” volvió con el cambio de día.
Las reuniones entre los representantes de los trabajadores, los referentes de las empresas de transporte y la cúpula policial de la Departamental de Moreno y General Rodríguez se producen cotidianamente. Pero la falta de efectivos policiales atentan contra cualquier solución. “No dan a vasto” reveló Juan Ramírez, delegado de los empleados de la empresa La Perlita, en referencia a la cobertura policial. Una opción se torna cada vez más factible: la interrupción del servicio en horas de la noche y madrugada en las zonas más calientes de la región es una posibilidad que se estaría analizando. La progresión de los posibles hechos delictivos en los próximos días precipitaría una decisión que perjudicaría, finalmente, al común de la población.