Problemas internos en la administración del aeródromo de General Rodríguez

Lejos de solucionarse los problemas que se suscitaron luego de la asamblea y elección de las nuevas autoridades en el aeroclub local (EEA), parece que la cuestión ingresó en el aspecto legal ya que se han realizado denuncias por inclusión en la lista ganadora de 2 personas que no reunirían las condiciones para formar parte de ella, además de otros problemas, y varios socios estarían pensando en tomar la determinación de no pagar más las expensas hasta que las cosas se aclaren civilizadamente.
A principio de junio se realizó la asamblea general a la que asistieron 85 socios y donde se aprobó la memoria y balance y se eligieron las nuevas autoridades. Todo fue normal, se presentaron 2 listas de las que ganó una por un voto de diferencia utilizándose por primera vez la modalidad del voto secreto. Al pasar los días se comprobó que en dicha lista ganadora figuraban 2 integrantes no estaban en regla. Uno hacía 3 años que no pagaba la cuota societaria y el otro no tenía el año de socio necesario para votar y menos formar parte de la comisión directiva. Se informó dicha irregularidad y como respuesta se recibieron reproches por lo que se termina impugnando la asamblea.
Lo que correspondía luego era que había que hacer un ordenamiento del padrón y llamar nuevamente a elección.
Eso no ocurrió y varios socios realizaron una denuncia en la Inspección Nacional de Justicia intimando que se regularice la situación, pero a dichos de los socios, esta comisión no acató nunca sus pedidos.
Hubo una reunión entre ambas partes para lograr una lista unidad y llamar a una nueva asamblea y donde figure una sola lista. Parecía que esa moción se iba a encaminar pero todo quedó en la nada de un momento a otro.
Actualmente la EAA está dividida en 2 partes, hay un malestar general muy grande y los hangaristas están balanceando la posibilidad de dejar de pagar las expensas si no se cumplen con lo solicitado.
La gota que rebalsó el vaso fue cuando los socios disidentes se enteraron de que el Banco Río habilitó la cuenta corriente a la nueva comisión cuando en realidad el libro de actas no está firmado porque uno de los socios que debía dejar su rúbrica no firmó nunca, por lo que no se sabe cuáles fueron los avales presentados para que esa cuenta fuera habilitada por la entidad crediticia.