Durante la mañana de este jueves, una paciente y un acompañante agredieron a un enfermero que estaban dando los turnos de atención en la mesa de entrada del hospital Mariano y Luciano de La Vega. El incidente terminó con varios de los testigos interviniendo para separar a los contendientes. Una muestra de la violencia que reina en la sociedad.
Oscar Montero es el enfermero que está a cargo de la entrega de los turnos para la atención del área de traumatología. Trabaja en la mesa de entrada. Son 15 los números que brinda cotidianamente. Generalmente a las 7 de la mañana ya se agotaron los lugares.
En esas circunstancias, cotidianas, se acercó una mujer con muletas y un acompañante, pasada las 8 de la mañana de este jueves 1º de septiembre. El trabajador le refirió que ya no había más turnos. Según nos cuenta Montero, habló con un médico para ver la posibilidad de que la atendieran, pero no hubo suerte. Luego de manifestarles esta decisión, la mujer le habría pegado con una de las muletas. El hombre lo habría golpeado de atrás. Y Montero se habría defendido. La intervención de varios testigos habría impedido que el incidente sea más violento. Toda la secuencia se produjo en el hall central.
Por lo pronto Montero -58 años y 18 años como profesional enfermero- tuvo que ser atendido, al igual que los otros contendientes. El empleado sanitario fue asistido por la ART y en las próximas horas radicará la denuncia. El enfermero relató que hace tres años vivió una situación similar con una paciente psiquiátrica que lo atacó a golpes de puño en la cara.
La falta de personal médico en los hospitales públicos bonaerenses no es una novedad. Sueldos bajos, mucho estrés y las constantes agresiones no seducen para la incorporación de profesionales. Y la violencia que reina en la sociedad, en medio de una crisis social y económica, hace que el cóctel sea explosivo. En resumen, poca oferta y altísima demanda en un distrito como Moreno, que estaría con unos 700 mil habitantes –esperando datos oficiales del censo de este año- y solo un nosocomio público.
Ninguno de los participantes terminó con heridas graves, más bien contusiones. Lamentablemente es una situación que se repite en los centros sanitarios de la provincia, principalmente los enclavados en el conurbano.