A raíz del asesinato del chofer de colectivos Leandro Alcaraz, tragedia ocurrida el pasado domingo 15 de abril en la localidad matancera de Virrey del Pino, la inseguridad ganó nuevamente un espacio preponderante entre las mayores demandas de los habitantes del conurbano. En Moreno los robos están a la orden de día –relatos de asaltos en distintas modalidades y con diverso grado de violencia se escuchan en todas las zonas- y esta situación motivó que durante los últimos días vecinos de los barrios Bongiovanni (Paso del Rey), 4 Vientos y San Carlos Ruta 25 cortaran el tránsito en arterias importantes y en horas pico e hicieran oír su reclamo de seguridad.
En Moreno, con casi 700.000 habitantes dispersos en 184 kilómetros cuadrados, el escenario es, cuanto menos, crítico. Nuestras fuentes indican que la Policía Distrital (dependiente de la Jefatura Departamental de Policía de Moreno y General Rodríguez) cuenta con 370 efectivos, de los cuales un promedio de 120 no están en funciones. Algunos de ellos gozan de vacaciones, otros presentan problemas de salud, otros están sancionados. Por lo tanto son 250 los uniformados, de distintas jerarquías, que prestan servicios en las 8 comisarías que tiene el partido. Aunque hay que aclarar que estos 250 efectivos están divididos en 4 turnos. La división indica que solo 62 policías ocupan las dependencias simultáneamente. Este personal se tiene que ocupar, entre otros menesteres, de la recepción de denuncias, las tareas administrativas y del cuidado de calabozos.
En cuanto al Comando de Patrullas, área que tiene a su cargo la cobertura de las cuadrículas de seguridad, la cantidad de efectivos es similar en su número a los que ocupan las comisarías. De 380 uniformados, prestan servicios 250. También dividen sus tareas en cuatro turnos. Son 40 las cuadrículas de seguridad en la que está dividido el distrito y cada una tiene una superficie de casi 5 kilómetros cuadrados en promedio. Un móvil tiene la responsabilidad de recorrerla las 24 horas del día. La lógica indica que al menos se necesitarían 40 patrulleros (sin contar la necesidad de tener móviles en reserva). Hay solo 22 camionetas operativas.
El panorama es claro. Moreno tiene en funciones 125 policías bonaerenses (entre comisarías y móviles) para atender las necesidades de seguridad de casi 700.000 morenenses. Un dato duro y real, que se suma a los bajos sueldos vigentes en la fuerza de seguridad más numerosa del país –lo que genera que los uniformados deban realizar servicios adicionales para sumar pesos a sus magros haberes y que los trabajos los realizan casi sin descanso-. Estamos hablando de un policía cada 5.600 habitantes.
A modo de refuerzo, el distrito cuenta con la Policía Local. La nómina es de aproximadamente 400 efectivos –también hay que dividirlos en turnos-, pero sus tareas son limitadas. La mayoría recorre a pie los centros comerciales y algunos sectores sensibles, como un puñado de establecimientos educativos y plazas. La academia de la Policía Local de Moreno está cerrada y no se incorpora personal. La decisión de su apertura corre por parte del ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Cristian Ritondo. La presencia de Gendarmería y de Prefectura en el conurbano profundo depende de la voluntad del ministerio de Seguridad de la Nación que encabeza Patricia Bullrich.
La política de seguridad en el territorio bonaerense emana de la gobernación. El marco normativo es ineludible. La ley provincial de seguridad Nº 12.154 en su artículo 6 no deja lugar a especulaciones “El Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, en su carácter de Jefe de la Administración de la Provincia, tiene a su cargo la implementación de las políticas del sistema de seguridad pública”. El Estado provincial es responsable de la seguridad. La gestión de María Eugenia Vidal no es distinta a la administración de Daniel Scioli. Moreno lo sufre, desde hace más de una década, cuando el distrito tuvo la explosión demográfica que introdujo a más de 120 mil habitantes en asentamientos informales. Esta avalancha humana, que contó con la mirada casi contemplativa de las intendencias de Mariano West y Andrés Arregui, saturó todos los servicios en el partido, incluida la seguridad.
Desde principios del año pasado la municipalidad, a través de la secretaría de Seguridad que comanda Jorge Duarte, solicita insistentemente al ministerio de Seguridad de la provincia que remitan hombres y móviles. Evaluaban en aquel momento que las 40 cuadrículas debían ser reformuladas y llevarlas a las 80. Hoy piden que al menos envíen los móviles para cubrir las áreas ya existentes y el refuerzo de uniformados para subirlos a esos vehículos. “Quien piensa que va a perjudicar a Festa por no mandarle patrulleros, no está evaluando que perjudica a los más de 670.000 habitantes de Moreno” afirmó Jorge Duarte, en medio de la polémica y la injerencia de la política partidaria en la cuestión y denunció que “tres municipios fueron excluidos de la última entrega de patrulleros: Ensenada, La Matanza y Moreno”.
En referencia de la remisión el año pasado del Fondo de Seguridad por parte de la provincia de Buenos Aires -unos 52 millones de pesos- Duarte afirmó que con parte de ese dinero se compraron “móviles para la Guardia Urbana municipal y se colocaron cámaras de seguridad”. Reconoció que el monto remanente fue utilizado para cubrir parte del déficit operativo que presenta la municipalidad de Moreno, “dado el ahogo financiero que nos metió la provincia” y existió, en base a esta situación económica y financiera, un acuerdo con la gobernación –que habría sido solamente verbal- para la utilización de ese dinero para tapar el rojo en las cuentas “con la promesa de que eso luego se iba a subsanar” y que la Provincia iba a depositar un nuevo reembolso “en la cuenta del área de seguridad”. Un somero análisis, más allá de la irregularidad manifiesta, indica que este dinero no es significativo para solucionar los graves problemas que presenta el distrito en materia delictual.
Más allá de la repudiable utilización de distintos sectores políticos –incluido el oficialismo local- del drama de la inseguridad, las soluciones no llegan. Algunos pretenden tapar el sol con la mano, mientras que otros tratan de sacar réditos electorales. Sin dudas, la gravísima situación que atraviesa el distrito amerita que prime la cordura y se dejen de lado las mezquindades, para que los vecinos de Moreno -cansados, hartos y angustiados- puedan salir a la calle sin temer por sus vidas.