Dos empresarios, cuñados entre sí, que permanecían secuestrados desde ayer a la mañana por una banda que realizó llamados extorsivos a sus familiares desde el extranjero, fueron liberados esta tarde en la zona del partido de Moreno.
Fuentes judiciales y policiales informaron hoy a Télam que las víctimas de este doble secuestro son Diego Fernando Filo (28), de ocupación administrador de empresas, y Gastón Alberto Bencent (39), quien tiene una productora de eventos, y que ambos están sanos y salvos.
Los empresarios, quienes viven en el barrio Portezuelo del complejo Nordelta, de Tigre, esta tarde eran conducidos a la Dirección Departamental de Investigaciones de San Isidro para ser revisados por un médico y mañana declararán ante el fiscal federal Fabián Céliz.
Los pesquisas aseguraron a Télam que los familiares no concretaron ningún «pago formal» por el rescate de las víctimas.
El caso comenzó a investigarse ayer como una averiguación de paradero, pero luego, ante una serie de llamados extorsivos, derivó en un doble secuestro y pasó a la justicia federal.
La denunciante fue María Agostina Filo, hermana de Diego y esposa de Bencent, quien llamó al 911 cerca de las 11 de la mañana de ayer y alertó que ninguno de los dos había regresado a sus casas en Nordelta.
La mujer explicó que su marido y su hermano salieron del barrio Portezuelo alrededor de la medianoche del sábado, en el Alfa Romeo Mito color negro de su hermano, rumbo al boliche Pachá de Capital Federal, donde tenían un encuentro con amigos.
Según la denuncia, a las 6.20 del domingo, Bencent llamó a su mujer y le dijo: «Amor, acabamos de salir del boliche, en un rato estamos por ahí».
Esa llamada fue el último contacto que tuvo y como ninguno de los dos llegaba a Portezuelo, la mujer se comunicó al 911 y denunció lo sucedido.
Al entrevistarse con los efectivos de la comisaría de Benavídez, con jurisdicción en Nordelta, la mujer también contó que llamó a los amigos con los que su marido y su hermano habían estado en Pachá, quienes le confirmaron que ambos estuvieron con ellos en el boliche y que cuando se despidieron estaban en perfectas condiciones.
La hermana de Filo le informó a la policía que hace una mes su hermano había sufrido una tentativa de extorsión por parte de ciudadanos de nacionalidad colombiana, pero aclaró no se hizo ninguna denuncia.
El auto Alfa Romeo Mito del administrador de empresas -color negro, patente KHN234 y que no tiene rastreo satelital-, apareció abandonado en inmediaciones del shopping Punto Tigre, en jurisdicción de la comisaría 1ra. de ese partido del norte del conurbano.
A las 11 de la mañana de ayer, un hombre que se identificó como Carlos llamó a la casa para contar que había encontrado tirada sobre el camino del Buen Ayre, a la altura de Hurlingham, la billetera de su hermano, con documentos, credenciales y tarjetas de crédito.
Además, el dúplex donde Filo vive en el barrio Portezuelo de Nordelta fue allanado y revisado por los investigadores y lo encontraron algo de desorden, por lo que no descartan que alguien haya estado allí buscando algo.
La causa recayó en la Unidad Funcional de Instrucción especializada en Trata de Personas y Delitos Conexos del departamento judicial San Isidro.
Sin embargo, a última hora de ayer por la tarde, la madre de Filo comenzó a recibir llamados extorsivos, con la particularidad de que provenían de una línea de Panamá.
Al haber un pedido de rescate y configurarse el delito de secuestro extorsivo, el expediente fue derivado de inmediato al fiscal federal de San Isidro Fabián Céliz, quien trabaja con detectives antisecuestros de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro.
Los pesquisas investigan desde ayer las actividades de los dos cuñados, pero están convencidos de que el objetivo central del secuestro es Filo, y que su cuñado Bencent fue capturado por el solo hecho de que lo acompañaba.
Los investigadores pusieron la lupa en las actividades, negocios y vinculaciones de Filo, ante la hipótesis de que el secuestro esté vinculado a alguna actividad ilegal o a una venganza.
Fuentes judiciales confirmaron a Télam que, en principio, la familia no realizó ningún «pago formal» por el rescate de ambos empresarios.
Además, establecieron que una de las exigencias de los captores era que la madre de Filo viajase a Colombia a pagar el rescate.
«Si bien la mujer intentó viajar a Colombia de urgencia y hasta se dirigió al Aeropuerto de Ezeiza, finalmente no se concretó el viaje», dijo a Télam un investigador judicial.
Fuente: Télam