El descubrimiento se produjo durante la mañana del pasado lunes -pero trascendió en las últimas horas- en su humilde casa del barrio Lomas Verdes de la localidad morenense de La Reja. El cadáver de Silvio Omiñuk, de 37 años, presentaba tres heridas de arma blanca y estaba desnudo. Los investigadores tratan de determinar el móvil del homicidio, motivo por el cual aún no hay sospechosos firmes. El misterio rodea al caso.
El cuerpo de Silvio Omiñuk, de 37 años de edad, fue descubierto por un amigo que fue a buscarlo, ya que no se había presentado en el lugar donde iban a realizar unos trabajos, en rigor de la verdad, unas changas. El hallazgo se produjo en las primeras horas de este lunes 25 de enero. Omiñuk vivía en una construcción de material de una sola habitación y con techo de chapas, sobre la calle Pericles casi Estados Unidos del barrio Lomas Verdes de La Reja. Como baño, utilizaba un pozo en el fondo del terreno. Dentro de la humilde vivienda había una cama con colchón, una mesa, una pequeña cocina sin uso habitual y ropa vieja tirada por los rincones.
El cadáver estaba tirado en el piso, con la cabeza apoyada sobre un balde de plástico que contenía ropa sucia. Estaba desnudo y presentaba tres heridas visibles de arma blanca. Una de ellas a la altura de la tetilla izquierda y las restantes en la zona intercostal. La autopsia arrojó como resultado, preliminarmente, que también presentaba una marca en el cuello, como de asfixia mecánica, pero el informe no fue concluyente en ese aspecto. El cuchillo con el que fue atacado Omiñuk no apareció en la escena del crimen, pero sería de hoja media, tipo Tramontina. Omiñuk tuvo sobrevida. Los peritos encontraron rastros de sangre, como si la víctima se hubiese arrastrado antes de morir.
Omiñuk vivía en el lugar desde mediados del 2019. La humilde morada había sido cedida por un hermano. No pasaba por un buen momento económico y las fuentes indicaron que tenía problemas con el alcohol. Trabajaba en la construcción y realizaba distintas labores de mantenimiento de manera esporádica.
Justamente esa zona es conocida por la venta de drogas al menudeo –incluso hubo en los últimos tiempos varios allanamientos por la comercialización de estupefacientes-, pero los investigadores descartaron que Omiñuk estuviera involucrado en esa actividad delictiva. La última persona que lo habría visto con vida fue una travesti en la tarde del domingo 24 de enero. Esta mujer declaró en la justicia y ofreció una coartada. Su nombre fue el primero que surgió cuando los funcionarios judiciales comenzaron a indagar. No se la descartó aún como sospechosa, pero su participación genera muchas dudas.
La cuestión está planteada en torno al móvil, algo que no pudieron dilucidar hasta el momento los pesquisas. Descartan, a priori, una motivación económica. Omiñuk no tenía siquiera teléfono celular. ¿Una pelea, quizás? No abandonan ninguna hipótesis, aunque es un misterio.
Omiñuk fue atacado entre las últimas horas del domingo 24 y las primeras horas del lunes 25, al menos no después de las 5 de la mañana. Una vecina habría escuchado quejidos durante la noche, pero no una pelea ni una discusión. La sorpresa fue durante la mañana, cuando lo encontraron muerto. No hay más testimonios; entre los lugareños se percibe una especie de temor.
La carátula de la causa es “Homicidio”. Es instruida por la UFI Nº 8 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez a cargo del Dr. Gabriel López. Interviene en la investigación personal de la Comisaría 1º de Moreno. Esperan que las pericias realizadas por los profesionales de la Policía Científica arrojen un poco de luz en un caso que luce muy intrincado.