Eloy Tapia Rosales tenía 70 años y murió en un incendio que se desató en la noche del pasado sábado 23 de enero en su casa del barrio La Gloria. La causa que investigaba su deceso parecía tener destino de cierre como accidental, pero dio un vuelco en las últimas horas, ya que la fiscalía ordenó la aprehensión de la cuñada de la víctima, una mujer de 34 años. La ahora imputada fue la última persona que vio con vida a Eloy Tapia Rosales. Al menos un testigo la ubica en la escena del crimen segundos antes que la vivienda fuera devorada por las llamas.

El primer aporte que ubicó a Hilda González Bogado, de 34 años, en la casa donde murió Eloy Tapia Rosales (70 años) fue el de su propia hermana, a la sazón esposa de la víctima: “se quien tiene el celular de mi marido. Ya me pasaron toda la información. Mi hermana tiene el celular de mi marido. Ella se vio por última vez con mi marido antes de morir”. Esta declaración la brindó Alba González Bogado ante nuestras cámaras el pasado miércoles –donde también reconoció que la relación con Eloy Tapia Rosales no estaba en un buen momento y que en instantes de la muerte de su pareja estaba en un cumpleaños en Pilar- y habría sido ratificada en la comisaría Moreno 4º (Cuartel V). Justamente, Hilda González Bogado entregó el aparato de telefonía propiedad de Eloy Tapia Rosales en la justicia cuando prestó su primer testimonio como testigo. Habría alegado que la víctima se lo entregó voluntariamente a modo de compensación ya que le había roto su celular.
Eloy Tapia González, murió el pasado sábado 23 de enero pasadas las 21 horas en un incendio que se desató en la vivienda que ocupaba sobre la Ruta 25 entre Don Bosco y Ángel de Estrada, a la altura de la curva de San Enrique, en el barrio La Gloria. Tenía 70 años, había nacido en Bolivia y tenía un kiosco en la planta baja. Las habitaciones estaban en un primer piso. El siniestro fue voraz. Pero según relataron sus hijas Zenovia y Ana Luz, en una entrevista que le realizamos mediante una plataforma de video llamada ya que están radicadas en Málaga (España), los vecinos les contaron que su padre gritaba por ayuda antes de morir entre las llamas.
En los días posteriores al fallecimiento de Eloy Tapia Rosales aparecieron pintadas en esa misma cuadra que acusaban a Alba González Bogado como la autora del homicidio, mientras la justicia investigaba. El peritaje realizado por los Bomberos de la Policía de la provincia de Buenos Aires no fue concluyente: No pudo determinar si se estaba ante un accidente o un incendio intencional.

En los últimos días de la semana pasada, comenzaron a recibirse testimonios por parte de vecinos sobre las últimas horas de la víctima. Uno de ellos, un testigo presencial, declaró ante el Dr. Federico Soñora y la Dra. Cecilia Ceballos –fiscal y funcionaria de la UFI Nº 4 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez- que vio salir a Hilda González Bogado, cerrar la vivienda con candado y correr hacia el campo que se encuentra frente, cruzando la Ruta 25 y lindante con la nueva estación de servicio, segundos antes que comenzaran las llamas.

La segunda declaración testimonial de Hilda González Bogado en la Comisaría 4º fue contradictoria. Las fuentes consultadas indicaron que incluso se incriminó en la muerte de Eloy Tapia Rosales, lo que motivó que desde la fiscalía ordenaran su aprehensión. La medida fue ejecutada por personal de la DDI de Moreno y General Rodríguez el sábado por la tarde. Fue alojada en los calabozos de la dependencia policial y este lunes trasladada a la sede judicial donde, lejos de negarse a emitir palabra, se desdijo y habría apuntado contra su hermana. Se evidenció un fuerte odio entre ellas.
Igualmente los voceros vinculados con la pesquisa consultados indicaron que hay elementos suficientes para que quede privada de la libertad. Ya solicitaron al Juzgado de Garantías Nº 2 a cargo del Dr. Gabriel Castro la conversión de la aprehensión en detención. Mientras tanto, se esperan los resultados de varias pericias complementarias: Psicológica y psiquiátrica a la imputada, toxicológico en la víctima, la apertura de los aparatos de telefonía celular –el teléfono de Hilda González Bogado fue secuestrado y está en perfectas condiciones- y uno de los más importantes: de la escena del crimen se analizan las cenizas para determinar si utilizaron combustibles fósiles para iniciar y acelerar el fuego. Esta es la gran diferencia entre accidental e intencional.
La carátula de la causa pasó desde “averiguación de causales de muerte” a “Muerte por incendio” y finalmente “Homicidio agravado por ensañamiento”. La única acusada es Hilda González Bogado, cuñada de la víctima. ¿El móvil? Aún no está claro. No se determinó que tipo de relación tenía la imputada con Eloy Tapia Rosales o si fue una especie de venganza contra su propia hermana.