En un predio del barrio El Casco de General Rodríguez se disputaba un torneo de Piki Voley. Los partidos son seguidos masivamente y se producen fuertes apuestas. Ese había sido el móvil del crimen. La víctima recibió disparos en la cabeza y en tórax. Cuando era llevado al hospital en un vehículo particular, protagonizó un choque sobre Ruta 24. Finalmente murió en el centro asistencial.
El Piki Vóley es una variante del vóley que incorpora elementos del fútbol. Equipos conformados generalmente por dos jugadores, cabeza y pies son las partes del cuerpo más utilizadas en la práctica. Solo el saque se permite con las manos y se disputa a doce puntos. En Paraguay existe una asociación que nuclea a los diferentes equipos y la comunidad originaria de ese país en la Argentina lo desarrolla principalmente en el conurbano. Las apuestas son fuertísimas. Hay jugadores estrellas, que recaudan más dinero mensual que un deportista en un club de primer nivel de nuestro fútbol.
Ese fue el marco donde se produjo la tragedia del pasado viernes 9 de diciembre en una cancha ubicada en el cruce de las calles Amberes y Arizona del barrio El Casco de General Rodríguez. Cerca de la 1.30 de la madrugada, Cristian Zárate Orbe salió del predio donde se disputaba un vibrante e intenso campeonato y fue ejecutado, en medio de la oscuridad, de seis disparos de arma de fuego.
La víctima (de 25 años, nacionalidad paraguaya y padre de un nene de 4 años, quien lo acompañaba junto a su madre) recibió los plomos en la cabeza, tórax y piernas. Justamente su pareja lo sube al auto familiar para llevarlo al hospital. Cuando sale a la Ruta 24, choca contra una camioneta que termina volcando, sin lesionados de consideración. La mujer siguió camino hacia el hospital provincial Vicente López y Planes. Zárate Orbe fue intervenido quirúrgicamente e internado en terapia intensiva. A raíz de las heridas había perdido masa encefálica y tenía muerte cerebral. Su deceso se produjo durante la noche del sábado.
El “Homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, tal es la carátula, recayó en la UFI Nº 9 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez a cargo de la Dra. Alejandra Rodríguez. La magistrada solicitó la intervención de la Ayudantía Especializada en Investigaciones Complejas dependiente de la Fiscalía General comandada por el Dr. Lucas Oyhanarte.
Para los detectives no hay dudas que se trató de un ajuste de cuentas. La principal hipótesis en torno al móvil apunta a las fuertes apuestas en el Piki Voley, aunque no se descarta tampoco la comercialización de estupefacientes al menudeo. Todo es materia de investigación. Una fuente afirmó que fue secuestrado el teléfono de la víctima, cuya apertura por parte de los peritos podría arrojar luz en la pesquisa, por demás intrincada.
¿Por qué intrincada? Porque alrededor de este tipo de encuentros clandestinos también hay venta de drogas, apuestas de dados y cartas e incluso riñas de gallos. El dinero que se mueve es muchísimo más de lo imaginado. Rige una especie de “Silenzio Stampa”. Nadie quiere aportar datos. Los potenciales testigos miran para otro lado, temerosos de alguna represalia. Las organizaciones que manejan este tipo de competencias claramente se mueven en las sombras y son implacables ante las filtraciones. Cabe aclarar que son torneos por fuera de los campeonatos “oficiales”, que tienen un cariz más familiar. No todo es lo mismo.
Por lo pronto la justicia busca indagar al propietario del predio, un sujeto de nacionalidad paraguaya que desapareció del mapa luego del hecho. Un vocero judicial deslizó que tendría algún antecedente por la infracción a la ley de drogas. Hasta el momento no fue hallado y se habría pedido su captura nacional e internacional.
Mientras tanto, no hay sospechosos por el crimen de Cristian Zárate Orbe.