Tráfico de drogas: Tres días secuestrado, la amputación del dedo meñique y un tatuaje “No Robarás”

Un joven de 25 años secuestrado a mediados de febrero. La amputación del dedo meñique de la mano derecha, un tatuaje donde consignaron “No Robarás” y torturas durante 3 días. Una clara vendetta. Bunkers en el barrio La Catalina de Trujui. Improvisada barrera de acceso en la calle, custodiada y operada por “soldaditos”. Allanamientos, secuestro de armas y drogas. Cinco detenidos, tres de ellos en vinculación directa con la causa. Una historia violenta del hampa del conurbano bonaerense. Nada es ficción, es la cruda realidad.

En la madrugada del lunes 12 de febrero, varios sujetos a cara descubierta, irrumpieron en una vivienda en el límite entre Moreno y San Miguel. Allí, amenazando a todos los presentes con armas de fuego, redujeron a un hombre de 25 años y lo obligaron a subir a un vehículo. Inmediatamente se dieron a la fuga. El hecho no fue denunciado.

Tres días después ingresó en el hospital traumatológico “Domingo Angio” de José C. Paz este mismo joven. Estaba gravemente herido. Había sufrido la amputación del dedo meñique de la mano derecha, un tatuaje con la leyenda “No Robarás” en un área del cuerpo que queda cubierta por ropa habitualmente, golpes y cortes varios. Lo habían abandonado a una cuadra del centro sanitario y llegó tambaleándose a la guardia. Lo habían torturado en las 72 horas previas y el corte de la falange se lo hicieron con una amoladora. Sin anestesia, claro. Crueldad extrema.

Los médicos se comunicaron con la Policía. La Policía le dio intervención a la justicia. En el Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez estaba de turno la UFI Nº 4 a cargo del Dr. Federico Soñora. Desde este organismo solicitaron apoyo a la división Homicidios de la Policía Federal Argentina. Los uniformados comenzaron los interrogatorios y empezaron a tirar de un ovillo, que tuvo repercusiones alarmantes.

Las fuentes consultadas señalaron que la víctima relató el drama que le tocó vivir con máximos detalles. Un hermano de este afirmó que el mismo día de la liberación, una mujer lo llamó por teléfono para exigir el pago de una deuda que tenía el herido con la banda captora. El hilo seguía el derrotero de un ajuste de cuentas o vendetta. Los indicios se apilaban. La municipalidad de Moreno, a través del centro de monitoreo, aportó cámaras de vigilancia donde los registros en video permitían visualizar el movimiento de la gavilla delictiva.

Los investigadores determinaron que al menos parte del cautiverio se desarrolló en un bunker de ventas de drogas al menudeo conocido como “La Tranquera”. Este sitio se erige sobre la calle Los Aromos entre Fray Luis León y San Roque del barrio La Catalina, de Trujui. Esta zona, producto en su mayoría de usurpación, tuvo una explosión demográfica desde el año 2019 y con pico durante la pandemia. Sin planificación urbanística, el trazado de las manzanas apenas permite el paso de un auto de pequeñas dimensiones por las calzadas. Son casi pasillos con construcciones de material a sus lados, algunas de ellas con evidente fuerte inversión.

El ingreso de Los Aromos desde Fray Luis León está cortado. Al menos estaba interrumpido hasta la mañana de este jueves 7 de marzo. Un poste cruzaba de vereda a vereda. Era una especie de barrera. Una reposera estaba colocada al lado. Allí se apostaba un custodio, un “soldadito”. Armado, controlaba los ingresos y los egresos. La misma escena se repetía en la esquina de Los Aromos y San Roque.

En el amanecer de este jueves, un nutrido grupo de agentes federales irrumpieron en el lugar. Con las órdenes de allanamientos solicitadas por el Dr. Soñora a la Dra. Celina Ardohain, titular del Juzgado de Garantías Nº 3, entraron en cuatro humildes construcciones que eran la fachada del expendio de estupefacientes al menudeo. Detuvieron a cinco personas. Tres de ellas estaban imputadas en la causa. Secuestraron cocaína y marihuana fraccionada para la venta, una pistola 9 mm, una 45 y la amoladora. Del dedo no hubo novedades. Habían pasado más de 20 días. También incautaron la máquina para hacer tatuajes.

La causa está calificada como “Privación ilegítima de la libertad, lesiones, venta de drogas y tenencia de arma de guerra”. Hay al menos una mujer prófuga, quien hizo la llamada telefónica intimidatoria. Los pesquisas sospechan que estos mismos hampones fueron protagonistas de otros hechos violentos ocurridos en los últimos meses en la localidad de Trujui. El expediente aún no está cerrado.