Quino, el padre de Mafalda

«Al son de esta nana nace, en 1932, en Mendoza (Argentina) un bebé llamado Joaquín Salvador Lavado Tejón, «Quino», de padres andaluces». De este modo el propio dibujante describió el momento de su nacimiento en la autobiografía publicada en su sitio web oficial. Joaquín Salvador Lavado Tejón apodado Quino para diferenciarlo de su tío Joaquín Tejón, apreciado pintor y diseñador gráfico que a los tres años inspiró su vocación por el dibujo. Si bien en los registros oficiales figura anotado el 17 de agosto, su fecha de nacimiento real fue el 17 de julio de 1932 en la ciudad de Guaymallén, Mendoza.

Hijo de Antonia Tejón y Cesáreo Lavado, inmigrantes andaluces, fue el menor de tres hermanos y durante su infancia quedó huérfano refugiándose en el dibujo al copiar los trazos de su tío dibujante profesional. Con esta gran pasión por las artes plásticas, al finalizar los estudios primarios se inscribió en la Escuela de Bellas Artes en su provincia natal hasta abandonarlos cuatro años más tarde para dedicarse exclusivamente a dibujar historietas. Así fue que con tan solo 18 años se animó a viajar solo a Buenos Aires para progresar en su incipiente carrera profesional.

Luego de tres duros años de supervivencia, llegó el momento en el que pudo concretar su sueño: “El día que publiqué mi primera página pasé el momento más feliz de mi vida”, dijo al recordar su debut profesional en la revista Esto Es, en 1954. Desde entonces, nunca dejó de publicar sus historietas humorísticas. LeoplánTV GuíaVea y LeaDamas y DamitasUstedPanoramaAdánAtlántidaChe, el diario Democracia fueron algunas de las publicaciones en las que colaboró.

En 1957 consigue su primer publicación regular: Rico Tipo. Le siguieron Dr. Merengue y Tía Vicente, y al año siguiente comienza a trabajar en gráficas publicitarias. En 1960 contrae matrimonio con Alicia Colombo, «de origen italiano, y descubre la bondad de ese pueblo estupendo», según dejó constancia en su autobiografía. Dos años después el ilustrador consiguió hacer su primera exposición que se llevó a cabo en una librería de Buenos Aires.

En 1963 publica su primer libro, Mundo Quino, una recopilación de sus trabajos hechos hasta ese entonces, con prólogo de su amigo, el escritor y humorista Miguel Brascó. Y fue precisamente Brascó quien lo presenta en la agencia publicitaria que en ese momento necesitaba un dibujante que ilustrara la campaña publicitaria de los electrodomésticos Mansfield. Quino fue contratado para ese puesto, y comenzó a crear algunos personajes que debían contener la inicial «M» en referencia a la marca. Fue entonces que surge Mafalda. Aunque la campaña publicitaria jamás se realizó, Quino conservó a Mafalda, que tomó vida propia alcanzando una proyección que trascendió las fronteras de nuestro país.

El mundo Mafalda

En una tira publicada por primera vez el 29 de septiembre de 1964, en el semanario Primera Plana, la Argentina conoció a Mafalda. A partir de aquel día este personaje alcanzó gran popularidad entre los lectores, llegando a la sección humorística de otro medios como diario El Mundo y la revista Siete Días hasta convertirse en libro.

«El 9 de marzo 1965, con el paso de las tiras cómicas al periódico El Mundo (en el que Quino publicará seis tiras por semana), se dispara el imparable éxito del personaje, que cruza las fronteras nacionales para conquistar América del Sur y luego se extiende a Europa, ganando una posición de liderazgo en el imaginario colectivo. Jorge Álvarez Editor publica el primer libro de Mafalda que reúne las primeras tiras en orden de publicación, tal como se hará en los siguientes. Sale en Argentina para Navidad y en dos días se agota su tirada de 5000 ejemplares. En Italia, se edita en 1969 el primer libro, Mafalda la Contestataria, con la presentación de Umberto Eco, director de la colección», dicen desde su biografía oficial.

Mafalda, la niña que odia la sopa y está en contradicción con los adultos, junto con sus amigos Felipe, Susanita, Manolito, Libertad, Miguelito y Guille, entre otros personajes, se hizo su lugar en el mundo editorial para contar algunos momentos de su vida. Y así se mostró, como una niña graciosa, divertida y, a la vez, irónica y crítica, preocupada por el país y el mundo. Mafalda se tradujo a 26 idiomas.

El gran éxito y fama internacional no impedirán que Quino, el 25 de junio 1973, tome una decisión para algunos desconcertante: no dibujar más tiras de Mafalda, dado que ya no siente la necesidad de utilizar la estructura expresiva de las tiras en secuencia. Sin embargo, el interés por Mafalda se ha mantenido inalterado, de hecho, sus libros continúan reimprimiéndose y sigue siendo elegida para acompañar diversas campañas sociales.

En relación con Mafalda y dar por finalizada la tira, dijo Quino una vez: «Me costaba mucho esfuerzo no repetirme, sufría con cada entrega. Cuando uno tapa el último cuadrito de una historieta y ya sabe cuál va a ser el final es porque la cosa no va. Y por respeto a los lectores y a mis personajes y por mi manera de sentir el trabajo decidí no hacerla más y seguir con el humor que nunca dejé de hacer».

Mafalda llegó a la televisión: en 1993 la empresa española D.G. Producciones SA, en coproducción con TVE, produjo 104 episodios de Mafalda en versión animada de 1 minuto cada uno, con la dirección de Juan Padrón en el ICAIC. Las caricaturas se difundieron en Italia por la RAI2 y en la Argentina en dos oportunidades: primero por el antiguo canal 11 y, luego, por canal Encuentro.

Quino falleció el 30 de septiembre de 2020, a los 88 años, un día después de haberse cumplido cincuenta y seis años de la primera publicación de Mafalda. A lo largo de su vida, recibió diversos premios y distinciones, entre ellas, el Palma de Oro en el Salón Internacional del Humorismo de Bordighera (1978), Dibujante del año (1982), concedido por sus colegas, el Konex de Platino de las artes visuales-humor gráfico (1982 y 1992) y el Konex Mención a la trayectoria (2012), Ciudadano Ilustre y llave de la ciudad de Mendoza (1988), Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires (2004), Caballero de la Orden de Isabel la Católica (2005), Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (2014).

«Hablando se arriesga uno a decir cosas equivocadas sobre el bien y el mal», afirmaba Quino en su autobiografía. Por esa misma razón, desde pequeño eligió dibujar en silencio para darle vida a Mafalda, descripta por él como «una niña que intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en este mundo».

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