El suceso se produjo alrededor de las 7 de la mañana de este viernes 7 de febrero en una vivienda ubicada en las inmediaciones del arroyo Villanueva, del barrio Haras Trujui.
Según nos relató una mujer, integrante del círculo íntimo de la víctima, la secuencia habría comenzado cuando un sujeto, con un grado de parentesco cercano a la familia en cuestión, llegó a la casa con intenciones de exigir dinero. Encaró a la dueña de la finca, quien se negó a entregarlo.
En esos momentos, el individuo comenzó a golpear a la mujer, de unos 65 años. En su defensa salió su hijo, un hombre de 42 años que sufre de síndrome de down. Recibió un profundo corte en la cara, que se prolongó desde la boca hasta la mejilla derecha. El agresor escapó.
El herido fue trasladado hasta el hospital provincial Mariano y Luciano de la Vega, donde recibió curaciones. Los médicos tuvieron que suturar y aplicaron 12 puntos. En el transcurso de la tarde de ese mismo día recibió el alta.
Estuvimos en el centro sanitario, para conocer los pormenores de esta situación irracional. Allí nos relataron que se trató de un episodio más de un drama que les toca vivir a los vecinos de esa zona.
La plaza del barrio Haras Trujui, situada en el cruce de las calles Benjamín Matienzo y Los Olmos, frente al Jardín 961, se convirtió en tierra de nadie. Personas con mal vivir se reúnen a todas horas y someten a los habitantes. Los robos son constantes.
Justamente quien atacó a esta familia es partícipe de esta horda. Y la exigencia de dinero sería para la compra de estupefacientes. Claramente podemos hablar de una situación “intrafamiliar” pero inmersa en un contexto delictual como el robo y las transacciones de drogas ilegales.
Este viernes por la tarde los vecinos de Haras Trujui se reunieron con el objetivo de evaluar líneas de acción para que la delincuencia sea erradicada y retomar el control de la vida comunitaria.
Ya la han practicado. Han formado en su momento una especie de “brigada de vigilancia comunitaria” pero se les hace complejo sostenerlo en el tiempo. Se necesita una respuesta contundente desde el Estado. Que este ataque no integre solamente la estadística de la “violencia familiar”. Tiene aristas mucho más profundas.