En los últimos meses las redes sociales de la municipalidad de Mar del Plata comenzaron a mostrar como personal de la comuna realizaba desalojos de predios precariamente usurpados e “invitaba” a retirarse a sujetos que cuidaban autos y brindaban servicios de limpiavidrios en las esquinas de las calles importantes de la “Ciudad Feliz”. Los posteos generaron opiniones divididas, pero mayoritariamente favorables.
La comuna de Moreno se sumó a la movida, pero sin replicarlo en las redes. Lo discursivo choca de frente con la realidad. El martes 29 de julio expulsaron a un grupo de personas en situación de calle que habían copado la esquina de Victorica y Libertad, en la fachada de un local comercial cerrado, frente al semáforo. Los vecinos de la zona se quejaban insistentemente que no había manera de pasar por la vereda. Realmente era intransitable. El reclamo tenía justa razón. Móviles de la Patrulla Urbana hicieron la mudanza con destino desconocido.
Este lunes, nuevamente como protagonistas personal de la Urbana y esta vez acompañados por Policías de la provincia y Tránsito municipal, informaron a los cuidadores vehiculares informales, conocidos como “trapitos”, que debían cesar con esa actividad. Las fuentes consultadas indicaron que la misma actitud se tomó con los limpiavidrios.
En honor a la verdad, en varias calles algunos de los “trapitos” eran invasivos, insistentes y hasta cierto punto, agresivos. Misma actitud mantienen un grupo de limpiavidrios.
Estos operativos no se publicitan, porque los ataques al intendente marplatense Guillermo Montenegro (y candidato de La Libertad Avanza a senador por la 5º sección electoral representando a General Pueyrredón) desde lo ideológico (principalmente militantes de Fuerza Patria, antes Unidad Ciudadana, el antiguo Frente para la Victoria) son virulentos. El oficialismo local, soterradamente, sigue el mismo camino. Sintonía fina. Escuchá lo que critico pero no mirés lo que hago.