La semana pasada una vecina denunció que en la avenida Italia al 800, había encontrado en la vereda una gran cantidad de sangre coagulada. La fotografía la hizo llegar a los medios de comunicación a través de internet, por lo que rápidamente aparecieron opiniones de ocasionales testigos, que dieron detalles donde indicaban que la sangre pertenecía a un joven que el fin de semana había sido atacado por una patota.
Realizadas las averiguaciones correspondientes, se pudo conocer que el damnificado resultó ser Lucas Servín, de 19 años, quién había estado hasta minutos antes del atraco, festejando su cumpleaños en un boliche de la zona.
Tratándose de recuperar de las terribles heridas, recibió a nuestro medio comentando lo ocurrido aquella noche: “Yo había salido de bailar los más bien y no había tenido ningún drama durante la noche. Fue a la salida cuando me empezaron a agredir, a gritar cosas y después de caminar dos cuadras junto a mi primo, empecé a recibir golpes por parte de una patota de cerca de 10 personas”.
Según comentó Servín, en un momento en que se desarrollaban los incidentes, recibió en su rostro “gas pimienta”, por lo que quedó totalmente ciego, algo que lógicamente impidió que pueda desarrollar algún tipo de defensa ante la agresión.
Respecto a quienes fueron los que desarrollaron el ataque expresó: “La verdad es que no los conozco. Nunca me los había cruzado ni siquiera adentro del boliche”, manifestó el joven, quien una vez que fue llevado al hospital Vicente López y Planes, fue atendido de los golpes recibidos en gran parte del cuerpo, aunque lo más riesgoso, médicamente hablando, fue un corte producido en su cuero cabelludo que le hizo perder gran cantidad de sangre.
Al no haberse registrado ninguna denuncia en la Comisaría 1º, la policía no pudo detener a ninguno de los patoteros que atacaron a Servín, quién terminó diciendo: “La verdad es que no voy a ir más a bailar. En este momento siento pánico, por lo que espero que a medida que pasen los días, pueda volver a realizar mi rutina habitual”.