En un confuso hecho ocurrido en el barrio Vista Linda de General Rodríguez, un hombre de 30 años perdió la vida, al pelearse con dos menores de edad y recibir una herida cortante provocada con un vidrio. Uno de ellos es su cuñado. Ambos hasta el momento se encuentran prófugos.
Víctor Hugo Moreno había llegado con su automóvil Ford Taunus a su casa ubicada en ex Camino a San Fernando y San Martín, junto a su familia. Bajaron del vehículo algunos elementos que llevaron a la vivienda y mientras se estaba preparando para tomar unos mates con facturas, sale del lugar y se dirige nuevamente, a la puerta. Allí estaba su cuñado de 16 años junto a un amigo en una moto. Nada hacía prever que algo extraño podría estar sucediendo hasta que la charla se transformó en discusión. Por motivos que se desconocen, a los pocos segundos Moreno se trenzó a golpes con su cuñado y el otro joven acompañante (según la primera versión que se obtuvo), habría agarrado un trozo de vidrio de espejo roto que había en el piso y se lo clavó en la zona lumbar izquierda.
La herida hizo que la riña finalice abruptamente. Mientras Moreno quedó tirado en el piso, los dos agresores salieron corriendo, dejando inclusive la moto en el lugar.
A los pocos segundos se hizo presente la esposa, quién dada la gravedad de la situación, decidió directamente llevar a su marido al hospital Vicente López y Planes, donde a causa de la lesión dejó de existir de los pocos minutos.
Desde el nosocomio rápidamente se le dio intervención a la Comisaría 1º, quién a su vez extendió la información a la UFI Nº 6 de Moreno a cargo de la Dra. Karin Pérez Corvalán. El hecho fue caratulado como “Homicidio” y durante gran parte del 16 de diciembre, trabajaron en el lugar del hecho, integrantes de la policía científica y de la DDI Mercedes, con asiento en nuestra ciudad.
Pasados los días e investigando el hecho, algunos allegados que conocen el ambiente familiar de la víctima, coinciden en que Víctor Hugo Moreno encuentra la muerte de la peor manera. Pese a que era una persona joven y que diariamente se ganaba la vida como chofer de camiones, siempre se hacía un tiempo para aconsejar a su cuñado acerca de como manejarse en la vida. Principalmente su actitud tenía que ver con “la junta” que el menor tenía a su alrededor, la cuál claramente estaba alcanzada por el consumo de estupefacientes.
Evidentemente esas palabras tendientes a que enderece su accionar diario no fueron acatadas y el destino quiso que finalmente en un hecho por demás desafortunado, pierda la vida en un episodio que difícilmente tenga una explicación lógica.