Enseñar respeto hacia la vida, el respeto al que es diferente a la tolerancia y a la diversidades, fueron los ejes centrales del encuentro entre el director general de Cultura y Educación bonaerense, Alejandro Finocchiaro y sus pares del Museo de la Casa de Ana Frank en Argentina, Héctor Shalom y en Holanda, Ronald Leopold, que se reunieron para celebrar un convenio de cooperación.
En la sede de la Casa de Ana Frank de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el titular de la cartera educativa provincial explicó que “los fundamentos de este acuerdo se vinculan con una política general que tiene que ver con la promoción de los derechos humanos, con enseñar respeto hacia la vida, respeto al que es diferente y respeto a la tolerancia”.
Finocchiaro destacó “que la diversidad enriquece a las sociedades; sociedades diversas son mucho más ricas y por otro lado con una política particular que tiene que ver con conservar viva la memoria del holocausto, que pasó en Europa hace más de 70 años”.
“Creo que es una tendencia antigua creer que el Holocausto tuvo un lugar geográfico determinado y fue dirigido a un pueblo determinado; hoy lo que tenemos que entender es que la Shoá fue la herida más vergonzosa que el siglo XX le dejó a la humanidad. Todos debemos tener memoria con este hecho porque no es verdad que puedan volver a surgir gobiernos totalitarios de nuevo”, puntualizó.
Al referirse a los alcances del acuerdo, Finocchiaro dijo que “es sumamente importante que existan estos espacios para que los docentes puedan capacitase sobre estos temas porque se trabaja a partir de una memoria de la esperanza y eso es muy bueno, ya que recordar el pasado y el horror no tiene que servir para generar más horror, sino más esperanza”.
“Una de las cosas que siempre digo es que tuve la posibilidad de conocer muchos sobrevivientes del holocausto y ellos piden justicia, pero jamás conocí un sobreviviente que tuviese odio. Piden memoria, respeto y justicia”, remató.
Por su parte, Héctor Shalom indicó que el acuerdo permitirá “extender fuertemente la frontera y los alcances de la misión. Somos portadores de la historia de Ana Frank como fuente de inspiración a cerca de la convivencia humana. Nosotros no somos un museo de la historia, pero si aprendemos de cómo la historia nos generó tensiones en la convivencia dentro de la diversidad”.
“Este convenio para nosotros es la manifestación de voluntad de trabajo compartido sabiendo que nosotros podemos ser una pequeña contribución a provocar identificación en alumnos y docentes y ser parte te construcción de convivencia en la diversidad que es un gran desafío”, sintetizó.
Prensa Educación.