Un verdadero “Día de furia”. Así se podría graficar los hechos sucedidos el pasado domingo 27 de enero entre los vecinos de Parque Rivadavia y Maravillas del Oeste. Todo comenzó cuando una joven reconoció al hombre que la había violado en el mes de noviembre. Le quemaron la casa y a la noche hubo corte de ruta.
El sábado 17 de noviembre se produjo una violación que alteró a todos los vecinos e inclusive llegaron a cortar dos veces la Ruta 7 pidiendo mayor actividad por parte de la policía. Desde ese entonces la situación quedó muy sensible para los allegados a la joven atacada, la cual, junto a su familia, tuvo que mudarse del lugar donde había residido gran parte de su vida, por miedo a que suceda un hecho de similares características.
Tratando de volver a realizar sus actividades habituales, la mujer se encontraba trabajando como cajera de uno de los negocios más reconocidos de Parque Rivadavia, cuando de repente se encontró frente a frente con quién, con la amenaza con un arma blanca, la había violado dos meses antes.
Los gritos desesperados de la joven hicieron que el violador salga corriendo del local y detrás de él lo hicieron uno de los dueños del comercio y otros vecinos que se agregaron a la persecución. Fueron, por los menos, diez cuadras las que duró la corrida, perdiéndose el rastro, cuando el indigno habría subido a un automóvil Renault 12 color negro y se fugó desconociéndose su paradero.
Dado que en el local comercial había quedado la esposa e hijos, rápidamente se conoció la identidad del atacante, quién resultó ser Walter Ernesto Suárez, de 23 años, el cual se domicilia en la calle O’higgins casi esquina Belgrano.
Quema
Sin tener respuesta positiva de la búsqueda policial, familiares y vecinos de la damnificada decidieron acercarse a la precaria vivienda y para evitar que vuelva al barrio, directamente decidieron desmantelar la casilla (ubicada sobre un terreno usurpado) y posteriormente prenderla fuego por partes.
Los momentos que se vivieron durante los primeros minutos fueron muy tensos y ni siquiera la presencia del director de seguridad Daniel Evangelista (la policía tardó 45 minutos en llegar), podía calmar los ánimos de quienes pedían venganza. “Es una vergüenza que estando a 300 metros del lugar de la violación, los investigadores no hayan podido determinar que era el autor del hecho”, dijo una de las familiares que más indignación mostraba ante la realidad que los tocaba vivir.
Un vecino de la casa incendiada, indicó que Suárez era una persona de vida muy extraña. Solamente se lo veía salir de noche y no se le conocía un trabajo fijo. “Todo era muy raro, porque llegó un momento en que con mi señora nos preguntábamos realmente de que vivía”, afirmó el conmocionado habitante del barrio.
Durante el desarme de la vivienda, los manifestantes encontraron dos armas tipo tumberas, marihuana y elementos tipo daga que fueron secuestrados para ingresarlos dentro de la investigación del caso.
Ya llegados al lugar las autoridades policiales encabezadas por el jefe distrital Julio César Villavicencio y el Subcomisario Andrés Lasala, procedieron a visitar la casa de los padres de Suárez quienes, entendiendo la situación y ante la posibilidad de generar mayores problemas, entregaron la foto de su hijo para que sea difundida en toda la zona.
Cerca de las 15,30 horas y con los datos aportados por la propia familia, los ánimos se tranquilizaron y las personas intervinientes en la quema de la casilla, volvieron a sus domicilios.
Corte
Ya en horas de la noche volvió a generarse una movida vecinal. En este caso la decisión fue cortar la Ruta 7 al paso del tránsito. Consultados quienes estaban a cargo de la revuelta, indicaron que al hecho ocurrido en horas de la mañana, se sumó otro caso de abuso sobre una menor de 12 años. Según explicaron, entre los familiares lograron detener al atacante, pero la fiscalía interviniente, luego de tomarle declaración, lo dejó libre a las 24 horas, generando, de esa manera, que la gente allegada entre en un estado de alteración que llevó a que se corte la cinta asfáltica a la altura del cruce de barrio Güemes. “Queremos que venga el fiscal a decirnos porque tomó esa decisión y hoy tenemos que convivir con una persona que estuvo a punto de violar a una nena”, explicaba uno de los manifestantes.
Luego de casi tres horas de llevar adelante la manifestación y ante la promesa que el día posterior serían recibidos un grupo de vecinos en la oficina del fiscal, se terminó levantando la medida, dando por finalizada la protesta.