Alberto Cumba, el hombre que se encuentra desaparecido desde hace 20 días en la localidad de Moreno, Buenos Aires, es cordobés nacido y criado en Saturnino María Laspiur, la pequeña localidad ubicada a 250 kilómetros de Córdoba, en el corazón del departamento San Justo.
Así se lo confirmaron tres familiares lejanos de Cumba que hace 25 años que no lo ven por el pueblo. Cumba se encuentra desaparecido y es buscado intensamente luego de que su mujer, Erika Adriana Fainá, fuera encontrada muerta, calcinada en su casa del partido de Moreno, en el Gran Buenos Aires.
En la vivienda donde murió la mujer, los investigadores secuestraron una vaina servida y confirmaron por pericias que el incendio fue intencional. En un primer momento todo apuntaba a un crimen pasional. Pero la hipótesis habría sido descartada porque el empresario aparentemente tenía una excelente relación con su esposa.
El caso explotó el miércoles 28 de marzo, cuando los cuatro empleados de Cumba llegaron a trabajar a su fábrica de hormigón (en Marconi y Camino de la Rivera, en Paso del Rey) y descubrieron que todo se había incendiado.
Cuando llegó la Policía encontraron el cadáver de Fainá. Primero se pensó que estaba abrazada al empresario, pero la autopsia demostró que era uno de los cuatro perros del matrimonio.
Según las fuentes, Cumba se dedicaba a varios negocios. Según le dijo a Clarín un abogado llamado Casorla Yalet: “Cuando le iba bien, cobraban todos. De lo contrario, no le pagaba a nadie”. Cuarenta días antes de su muerte, Erika le dijo a Yalet que “Alberto estaba con algunos quilombos”.
Un hombre poco querido. Día a Día habló con varios vecinos del pueblo tratando de saber si Alberto Cumba había sido visto por allí, pero la noticia fue que en realidad nadie quiere verlo demasiado por el pueblo.
“De acá se fue muy mal hace como 25 años porque estafó a un montón de gente”, dijo uno de los vecinos que, como los otros, pidió que no se dieran a conocer su nombre. Según esas versiones, Cumba habría “engatusado” a un montón de queseros del pueblo comprando grandes cantidades, pero adquiriendo en negro el 50% de esos quesos. “Primero se dieron cuenta de que no les iba a pagar lo que le vendieron en negro, pero cuando fueron a cobrarle lo que le habían vendido en blanco, el tipo se fugó”, dijo uno de los vecinos.
La mujer que murió calcinada también vivió en Laspiur y otro vecino también se refirió a ella. “Acá se decía que era más rápida para los negocios que él”, comentó una vecina de la calle Rivadavia.
El único que se atrevió a hablar fue Don Carlos, uno de sus parientes lejanos que, sin embargo, pidió por favor diferenciar al Cumba desaparecido, de todos los Cumba que se quedaron en el pueblo.
Después de mucho buscar logramos comunicarnos con la casa del hermano de Cumba, pero nos atendió la cuñada del desaparecido. Mari se limitó a decir que su marido, Rodolfo, “no quiere saber nada con su hermano desde hace mucho tiempo”.
Otra familiar lejana, la joven Anahí Cumba, se mostró muy amable al hablar con el diario, pero explicó que ella era muy chica cuando Cumba se fue y que siempre supo que se había ido porque tuvo “un problema en el pueblo”.
En ese sentido, otro vecino anónimo explicó la razón: “Según tengo entendido, uno de los estafados con los quesos fue justamente el hermano del hombre desaparecido”. Otro de los estafados habría sido el propio padre de Cumba. Se dice que cuando enfermó, el finado padre del hombre desaparecido, estuvo internado un tiempo en Las Varillas y su hijo Alberto reapareció para hacer las paces.
También se dice que, cuando días después de aquel encuentro el padre murió, Alberto Cumba no se presentó en el sepelio y el entierro que se hizo en el cementerio local. Algunos especulan que tuvo miedo de que las presuntas víctimas de aquella vieja estafa lo estuvieran esperando.
Antes de aquel problema económico con sus vecinos, Cumba se fue de Laspiur a México y regresó con una mujer mejicana que hizo brotar los suspiros de los gringos agropecuarios del pueblo gracias a su belleza latina. Cuando esa pareja se rompió, un hijo de ambos quedó en Laspiur, en casa del padre de Cumba hasta que su abuelo murió y la madre vino a buscarlo.
Después fue que Cumba comenzó su relación con la otra mujer con la que se fue a vivir a Buenos Aires. La misma mujer que murió calcinada.
Fuente: www.diaadia.com.ar