Investigadores y referentes en políticas de saneamiento debatieron en el marco del 28° Congreso Nacional del Agua que se realiza en Mar del Plata sobre la necesidad de mejorar el acceso al agua y de continuar trabajando en proyectos de saneamiento.
En el primer día de Conagua, se realizó una mesa debate sobre agua y saneamiento del que participaron la ex Asesora Principal de Agua en la Oficina de Investigación y Desarrollo de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, Sally Gutiérrez; Mauricio Faleschin, investigador del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CENPAT) – CONICET; Eduardo Jordán, ex presidente de Saneamiento de Areco; Javier Mijangos, prosecretario de la Asociación Argentina de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (AIDIS); Fabián Iloro, director del Laboratorio de Entrenamiento Multidisciplinario para la Investigación Tecnológica (LEMIT); Guido Mastrantonio, investigador de la Unidad Planta Piloto de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la PBA y la moderación de la periodista y divulgadora científica, Nora Bär.
“En la provincia tenemos un proyecto de solución que tiene ya 20 años, con 5 de laboratorio, y que se utiliza en el campo desde 2009 con éxitos en el ataque a las aguas con arsénico, en un territorio donde tenemos tres niveles de contaminación”, señaló Guido Mastrantonio, de la Unidad Piloto de la Comisión Investigaciones Científicas (CIC) bonaerense.
Según reconoció, el tratamiento del tema es “complejo”, y si bien dijo que hay zonas muy comprometidas, también aclaró que en “el 87% de las zonas con alto riesgo, solo vive el 9% de la población bonaerense”.
La solución aplicada se trata del uso de arcillas ferruginosas que se producen en gran cantidad en el territorio provincial y que tienen la ventaja de su bajo costo y alta durabilidad dentro del sistema de ataque al arsénico.
“Iniciamos en diferentes puntos de la provincia trabajos pilotos de 2009 a 2015 en zonas rurales de alta contaminación, y fue muy efectivo, ya que demostró un alto nivel de absorción, y comprobamos que su tarea de frenar al arsénico se extiende por 10 años”, contó Fabián Lloro.
La moderadora de este panel, la periodista Nora Bär, definió con claridad la importancia del agua y advirtió que “muchas veces no se valora cómo realizar su consumo con responsabilidad social”.
“Un caño de agua potable hace más por la salud de la población que la mejor medicina. Es un derecho humano fundamental, nadie puede apropiarse. Es indispensable para la vida. Los que la tenemos no tomamos conciencia de su valor, y la mal usamos sin responsabilidad. Debemos cambiar esta mirada”, señaló.
Por su parte, el ingeniero Javier Mijangos alertó sobre la enorme brecha social que existe entre los conectados a una red y los que no tienen acceso directo.
“En la Argentina sobre una población de 47 millones de habitantes, 93% están en zonas urbanas y el resto en zonas rurales agrupadas y dispersa. 7 millones no tienen acceso a red pública de agua segura, 19 millones (42%) viven sin cloacas, y, según una organización que analiza los barrios precarios, hay en el país 6.467 barrios vulnerables”, indicó.
En otro tramo de la exposición, se habló de algunas experiencias positivas de trabajo con el saneamiento como el desarrollado en la ciudad de Puerto Madryn, en Chubut, donde se trabaja en la reutilización de líquidos cloacales.
“La evolución en esta ciudad ha sido muy interesante en los últimos años. Los beneficios de hacer reutilizable este tipo de aguas, permite el desarrollo productivo en riego de muchas superficies, y el material que viene llega con nutrientes. Eso se evidenció en la mejora del suelo”, sostuvo Marcelo Faleschin.
En esa línea, agregó: “Cualquier espacio verde está asociado con riesgo de agua de rehúso, y se utilizan en campo de deportes, espacios públicos y espacios privados. También ha servido para cultivos en especial en viñedos de la zona y de cannabis medicinal”.
Una experiencia similar de desarrollo se realizó en la ciudad bonaerense de San Antonio de Areco, que fue muy productiva y que tenía aún más para extenderse en las mejoras para esta localidad en obras de infraestructura que quedaron paralizadas por el actual gobierno nacional.
“En el 2005 tuvimos una crisis de nitrato con niveles superiores a los permitidos. Logramos superar el problema con un gran trabajo de saneamiento que en su segunda etapa tuvo el recambio de cañería. Se pudo hacer en el casco histórico de la ciudad, en 90 manzanas con cambios en la red principal y domiciliaria. Después comenzamos a desarrollar una importante obra para el tratamiento del agua que le faltaba muy poco y en 2023 se paralizó. Quedó trunca sin ayuda nacional”, señaló Eduardo Jordan, ex intendente de Areco.
Prensa Infraestructura