Nilda González Ojeda, 29 años y cinco hijos, fue asesinada a puñaladas, según confirmó la autopsia. Previamente había sido brutalmente golpeada. Ya estaba muerta cuando fue descuartizada. Por el femicidio está acusado su pareja Juan Darío Sanabria Báez. A pedido de la fiscalía, el Juzgado de Garantías otorgó la detención del imputado.
El resultado de la autopsia no da margen para la duda. Nilda Rosa González Ojeda murió de una certera puñalada en el corazón. Antes había sido brutalmente golpeada. Tenía fracturado el tabique nasal, entre otras graves lesiones. Luego fue descuartizada en el baño de la casa familiar. Los resultados preliminares de la necropsia fueron remitidos por el Cuerpo Médico Forense de General Rodríguez y llegaron minutos antes que Juan Darío Sanabria Báez se sentara frente a la Dra. Luisa Pontecorvo.
Durante la tarde del domingo Juan Darío Sanabria Báez, asistido por un defensor oficial se negó a declarar. Las fuentes indicaron que en la seccional policial el acusado confesó, pero no tiene validez legal. Tenía que hacerlo ante los funcionarios judiciales. Sanabria Báez quedó imputado por “Homicidio agravado por violencia de género y por ser cometido por un hombre contra una mujer”. La Dra. Adriana Julián, Jueza de Garantías Nº 1, otorgó la detención a pedido de la fiscalía. Hasta ese momento estaba aprehendido. Son los pasos contemplados en el Código Procesal de la provincia de Buenos Aires. Ahora Pontecorvo tendrá 30 días para solicitar la prisión preventiva. Que quede claro: Sanabria Báez seguirá privado de la libertad ya que se trata de un delito que no es excarcelable.
En la rápida resolución de este terrible caso hay que destacar el trabajo de la DDI de Moreno y General Rodríguez, de personal de la Comisaría 4º de Moreno (Cuartel V) y la colaboración de los Bomberos Voluntarios de Moreno. Todos ellos coordinados por el trabajo de campo del Dr. Federico Tosoni, auxiliar letrado de la UFI Nº 3 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez.
Crónica de un brutal femicidio
Con el trabajo de un camión vactor conseguido por la municipalidad de Moreno y las tareas de los Bomberos Voluntarios y de la Policía Científica, el pozo ciego de la vivienda ubicada sobre la calle Azteca fue desagotado. En el fondo del mismo aparecieron los brazos y las piernas de Nilda Rosa González Ojeda. La mujer, de 29 años y madre de 5 hijos, fue asesinada por Juan Darío Sanabria Báez de 36. Sanabria Báez, su pareja, la descuartizó, arrojó sus restos y declaró ante la Policía que su esposa había sido víctima de un secuestro extorsivo.
Cerca de las 11 de la mañana del viernes 20 de enero Sanabria Báez se presentó en la Comisaría 4º de Moreno (Cuartel V) para denunciar que Nilda Rosa González Ojeda había sido víctima de un secuestro extorsivo. Para sostener el testimonio, habría afirmado que recibió un llamado donde le exigían la entrega de cien mil dólares a cambio de la vida de su mujer, sino la iban a matar e “iban a vender sus órganos”. Refirió que la voz al otro lado de la línea tenía un acento extranjero.
Los uniformados descreyeron rápidamente de la versión. Sanabria Báez es albañil, González Ojeda ama de casa. Ninguno con antecedentes. El hombre es dueño de un Renault 19 sin funcionamiento, abandonado a la herrumbre. Vivían en una casa en la ampliación del barrio La Gloria, en el límite entre Cuartel V y Moreno Norte, lindante al barrio 25 de Mayo. En el mismo predio se erigen dos construcciones más. Al lado de la casa familiar vive el padre de Sanabria Báez. Arriba de esta vivienda, un hermano de él. Cien mil dólares es un monto de dinero que ni en sueños podría juntar.
Las preguntas y repreguntas causaron el efecto deseado. Sanabria Báez sucumbió a la presión y reveló una trama atroz. Contó que había atacado a golpes en el baño a González Ojeda. El móvil, una supuesta infidelidad. En el mismo lugar procedió a descuartizarla. Luego lavó la escena del crimen y se cambió de ropa. Antes se había limpiado. Cargó la cabeza y el torso en una mochila y se tomó un colectivo. En un campo de la mal llamada avenida San Fernando, en el barrio El Quijote de Francisco Álvarez, descartó los restos. Desde allí se fue a la Comisaría de Cuartel V. Casi 15 kilómetros y unas ocho horas de una secuencia perversa.
Su confesión no tiene validez legal. Para que sea procedente debe ser realizada ante un funcionario judicial. Sin embargo siguió aportando datos. Dijo que los brazos y piernas los había arrojado en el pozo ciego de la vivienda del barrio La Gloria. El operativo para recuperarlos comenzó en la madrugada del sábado 21 de enero y finalizó con el tétrico hallazgo al mediodía.
La pareja tenía cinco hijos. Tres nenes de 14, 11 y 9 años. Dos nenas de 4 y 2 años. Las fuentes consultadas indicaron que en el momento del femicidio ocurrido entre la noche del jueves y las primeras horas de la madrugada del viernes, estaban en la misma casa, durmiendo en una de las habitaciones. No habrían escuchado nada. El círculo íntimo cuenta con la contención de profesionales dependientes de la Secretaría de la Mujer y Género de la municipalidad de Moreno. Los cinco nenes quedaron en custodia de la familia materna. Hermanas de la víctima se encargan de ellos. No están en el distrito. Para ellos claramente el drama recién comienza.
Desde la Secretaría de Seguridad de la comuna indagaron si existían denuncias de violencia de género previas. No estaba radicada ninguna, afirmaron desde el organismo. Ni a nivel local, provincial o nacional. Incluso el padre del femicida, en una entrevista brindada al canal C5N, confirmó una relación normal de pareja. Reveló una versión que le llegó “el viernes a la mañana, cuando él (en relación a su hijo) se fue para trabajar y después se olvidó su SUBE, vino y la encontró en la cama con otro”. Insostenible por el proceso que infieren los especialistas en criminalística. Este hombre estaba atravesado por el dolor. Refirió que Nilda Rosa González Ojeda era “una hija”, con quien charlaba a menudo.
Nilda Rosa González Ojeda y Juan Darío Sanabria Báez estuvieron 16 años juntos. Se casaron en Paraguay y vinieron a la Argentina. Estuvieron siete años en el sur y luego recalaron en Moreno. Aquí se desató la tragedia. Fuentes señalaron que Sanabria Báez era muy celoso, “hiperceloso” lo calificaron. Vecinos lo describieron como “tranquilo, sin problemas” aunque afirmaron que era poco el vínculo con el barrio. Las interacciones se daban con familiares principalmente.
Si es víctima de violencia de género estas son las vías de contacto
Podés comunicarte de manera gratuita las 24 hs., los 365 días, a través de un llamado al 144, por WhatsApp al 1127716463, por mail a linea144@mingeneros.gob.ar y descargando la app.