Femicidio de Susana Cáceres: Sin justicia y el abandono del Estado a las víctimas colaterales

Susana Cáceres fue vista por última vez el martes 8 de noviembre del año pasado. Luego su rastro desapareció. Hasta que el cadáver fue encontrado el viernes 18 en un descampado a la vera del camino del Buen Ayre, a metros del puente Roca y del límite entre Ituzaingó y Moreno. Su cuerpo presentaba múltiples heridas punzocortantes, hematomas en distintas partes del cuerpo y un golpe en la cabeza con un objeto contundente. Hubo detenidos, pero ninguno quedó vinculado al femicidio. Alejandro Peralta, su última pareja, quedó encarcelado por portación de arma de guerra, ya que tenía antecedentes. Ramón Rosa Lescano pasó un tiempo en un calabozo acusado de arrojar los restos de Cáceres en el campo, pero fue liberado por faltas de pruebas. El Día Internacional de la Mujer se cumplieron 4 meses de su desaparición. No hubo recordatorios ni se oyó voces reclamando contra la impunidad. El Estado, en todos sus estamentos, abandonó a la familia de Cáceres. Susana Cáceres, 42 años, tenía cuatro hijos. Tres de ellos adolescentes que están con sus padres. Pero quedó una beba de nombre Mía, cuya custodia recayó en Adriana, prima de la víctima. Dos años tiene la pequeña, está indocumentada y los procesos burocráticos de la administración pública la siguen victimizando. También quedó Graciela, madre de Susana, olvidada en su casa de Mariló. Entrevista telefónica con Adriana