Un joven de 18 años fue detenido y habría confesado ser el autor material del asesinato de Andrés Horacio Villariño, que el lunes pasado apareció atado y con una puñalada en el cuello en su casa del barrio Selectos de Gaona, en General Rodríguez.
Ante el personal de la seccional 2º de General Rodríguez -Las Malvinas-, el imputado, apodado “Joni”, dijo que cometió el crimen en el marco de un juego sexual y porque la víctima abusaba de él desde que tenía 12 años.
Los investigadores, encabezados por el fiscal de la UFI Nº 10 del Departamento Judicial de Mercedes descentralizada en la localidad de Luján Pablo Vieiro y numerarios del Gabinete de Prevención Comunitaria de la Comisaría 2º de General Rodríguez, tienen acreditado que la víctima, Andrés Horacio Villariño, estuvo siete años preso en la cárcel de Olmos cumpliendo condena por un abuso sexual a un menor.
Además, hay varios testimonios que acreditan que hace tiempo que Villariño venía teniendo relaciones sexuales con “Joni”, quien a su vez tendría un leve retraso madurativo y problemas en el habla.
“Todas estas circunstancias nos hacen pensar que habrá que analizar si el chico actuó con plena conciencia de los que hizo, es decir, si estaba bajo un estado de emoción violenta, si hay causales extraordinarias de atenuación o si directamente es inimputable”, dijo a Télam un vocero judicial.
“Estamos ante un caso donde el victimario también podría ser una víctima”, agregó la fuente.
Los voceros explicaron que el joven fue detenido a la medianoche de este miércoles 18 de julio y que durante la madrugada siguiente ante la policía, y con presencia también de testigos civiles, habría confesado ser el autor del crimen.
“Joni” habría explicado que convenció a Villariño en realizar un juego sexual que consistía en atarlo para inmovilizarlo y así tener relaciones, una práctica conocida con el nombre de “bondage”.
Una vez que con un cable lo ató de pies y manos, todo por la espalda, el joven no tuvo relaciones, sino que aprovechó para primero golpear a su presunto abusador y luego tomó una cuchilla y le asestó una puñalada en el cuello. Según los peritajes realizados, el hecho se habría producido durante la noche del pasado viernes. Villariño murió a consecuencia de la multitud de heridas recibidas -por lo tanto la cuchillada no fue determinante de su deceso- varias horas después del ataque.
“El chico confesó todo, con detalles. Y contó que la víctima era un degenerado que venía abusando de él y vejándolo desde que tenía 12 años y no lo soportaba más”, explicó a Télam un jefe policial.
Ahora, el fiscal Vieiro espera que “Joni” repita la confesión en su indagatoria para que adquiera un completo valor judicial.
Fuentes judiciales indicaron que el fiscal ya prepara una serie de estudios psicológicos y psiquiátricos que permitan determinar si el joven es o no imputable, es decir, si comprende la criminalidad del acto y si pudo dirigir sus acciones.
Villariño vivía solo y desde el inicio de la investigación se descartó el robo como el móvil del crimen. Se dedicaba a la venta de embutidos en la esquina de la humilde vivienda que ocupaba, donde se cruza la calle Sanzio con la Colectora Norte de la Autopista del Oeste. También realizaba esta actividad comercial de manera informal en la entrada del Country Banco Provincia, que se erige a menos de 800 metros del lugar donde ocurrió el homicidio.
En ese sentido, en el exterior de la casa de Villariño había una moto de su propiedad que no desapareció, y su auto, un viejo Renault 6, fue encontrado estacionado a unas cuadras de la casa.
Desde el primer momento se investigaba un crimen sexual o por venganza, ya que se conocían los antecedentes penales y la supuesta condición de abusador de la víctima y además en la escena del crimen apareció un consolador.