La contaminación del Río Reconquista: La planta de tratamiento de efluentes de AYSA en Paso del Rey lanza desechos sin procesar

La planta de tratamiento de líquidos cloacales de la empresa AYSA de Paso del Rey lanza desechos sin procesar al Río Reconquista. Este hecho es verificable a simple vista y también por el olor que inunda la zona.

Al respecto hay varias denuncias de vecinos, quienes están afectados por fuerte aroma nauseabundo que se percibe sobre todo por las noches. Una de ellas fue radicada ante el ministerio de Ambiente de la Nación a principios del año pasado. Ninguna ha tenido respuesta.

La edificación, administrada por la empresa Aguas y Saneamientos Argentinos (AYSA), se encuentra ubicada sobre la calle El Jilguero, entre Morón y Marcelo T. de Alvear, en el casco céntrico norte de Paso del Rey. En la página web del organismo se informa que desde este lugar se benefician a 113.500 habitantes y se procesan 24.000 metros cúbicos de líquidos diarios. Pero evidentemente algo no funciona. Las imágenes son elocuentes.

En el mencionado portal se anuncia que “Trabajamos las 24 horas los 365 días del año, para que el agua que usaste pueda volver al río en óptimas condiciones cumpliendo con los más altos estándares de calidad, para cuidar nuestra principal fuente de agua y el futuro de las generaciones venideras”. Además afirma que “Tratamos los líquidos provenientes de la red cloacal troncal con el objetivo de remover los sólidos gruesos (residuos sólidos urbanos que se generan en los hogares), las grasas y la materia orgánica que se encuentra en forma de partículas y disuelta a través de un proceso biológico. Una vez terminado este tratamiento los efluentes son vertidos en el cuerpo receptor (Río de la Plata, Reconquista y Matanza) en condiciones aptas para el medio ambiente”.

También se muestran unas filminas que explican el proceso. El líquido que se vierte no tiene ese saludable color.

Un informe del día Clarín fechado en febrero de este año denuncia que el Río Reconquista es el segundo de los más contaminados del país, detrás del Riachuelo. “La contaminación del río Reconquista afecta a más de cuatro millones de personas, distribuidas en los aproximadamente 1.750 kilómetros cuadrados que cubre su cuenca. Pero hasta el momento, no hubo ningún fallo judicial que obligara al Estado a adoptar medidas concretas para revertir la contaminación y restaurar el ecosistema” arranca el artículo firmado por los periodistas Lautaro García Alonso y Carolina Dávila.

Los colegas entrevistaron a Gabriel Basílico, investigador del CONICET y especialista en contaminación hídrica, quien afirmó que la cuenca alta del Reconquista (donde se ubica la mencionada planta de AYSA) es la que menor contaminación presenta en su recorrido. Pero Basílico declara de manera categórica que la “la mayor contaminación proviene de desechos orgánicos, los cuales aumentan la demanda de oxígeno y, en consecuencia, deterioran la calidad del agua”.

Basílico detalla “que los principales desechos orgánicos que se alojan en los sedimentos provienen de la grasa, la sangre y demás restos de animales que desechan los mataderos; pero, sobre todo, de la materia fecal por la falta de cloacas”. García Alonso y Dávila escribieron que “hay siete plantas depuradoras sobre la cuenca, cuyos desechos –no siempre correctamente tratados– terminan en las aguas del Reconquista. Y si bien el río se ocupa de depurar los excesos de residuos orgánicos, el problema surge cuando la cantidad excede su capacidad de autodepuración, que es lo que ocurre desde hace décadas”.

Sin dudas existen posibilidades de sanear el Río Reconquista. Son necesarias obras e inversiones del Comité de Cuenca del Río Reconquista (COMIREC), perteneciente al Estado provincial, al igual que educación ambiental de la población general y normativas más rígidas. Pero el primer paso claramente es dejar de contaminar. Y un paso importante sería que la planta de AYSA funcione correctamente. Los vecinos de Paso del Rey, los de la cuenca media y baja del Reconquista y las generaciones venideras estarán agradecidos.