El barrio se estremeció con el sonido seco de los disparos. Eran cerca de las 19 horas de este jueves 17 de abril cuando vecinos de la intersección de Teniente General Ricchieri y Sócrates, del barrio Los Cedros de la localidad morenense de Cuartel V, llamaron al 911 alertando sobre una balacera. Al llegar al lugar, los efectivos de la Comisaría Moreno 4º hallaron el cuerpo sin vida de un joven en plena vereda. Había sido ejecutado a tiros.
La víctima fue identificada como Juan Emiliano Domínguez, alias “Popeye”, argentino, de 23 años. Vivía en las cercanías, y no poseía documentación al momento del hallazgo. Allegados que se acercaron lo reconocieron inmediatamente. Según declaró un ocasional testigo, el joven fue interceptado por dos hombres armados que, sin mediar palabra, le dispararon varias veces a quemarropa y luego escaparon. Cinco plomos lo alcanzaron.
No hubo intento de robo ni discusión previa. Todo apunta a un ajuste de cuentas. Trascendió que el domingo pasado, alrededor de las 15, fue protagonista de una balacera en la esquina de la calle Portugal y Rosalía de Castro, en el mismo barrio. Fue a cuatro cuadras del lugar de su asesinato. Aparentemente habría robado a unos sujetos de la zona. ¿Fue ese el móvil? Un video captó parte de la secuencia. Por este tema era investigado y confidentes aseguraron que había programado un allanamiento en su morada para este viernes.
Domínguez era un viejo conocido de las fuerzas de seguridad locales: tenía un extenso prontuario, con causas por robo agravado, daño y hasta una tentativa de homicidio.
Fuentes policiales confirmaron que no se trató de un hecho de inseguridad común, sino que la principal hipótesis es una disputa entre bandas. La Policía Científica trabajó en el lugar durante horas, mientras que el Grupo Técnico Operativo de la seccional y la DDI de Moreno quedaron a cargo de la investigación.
La Unidad Funcional de Instrucción N° 8 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez, a cargo de la Dra. Verónica Pittella, tomó intervención en la causa, caratulada como homicidio.
En el barrio, la tensión todavía se palpa en el aire. “Popeye” era temido y conocido, pero su muerte —violenta, pública, brutal— dejó un mensaje claro: las cuentas se están saldando a tiros. Hasta el momento no hay detenidos.