El viernes pasado, en horas de la tarde, tres adolescentes atacaron a un alumno de la secundaria Nº 13 del barrio Villa Vengochea de General Rodríguez. Le propinaron una paliza para sacarle una bolsa de caramelos. Ya en el piso, le asestaron una patada que le produjo una gravísima fractura de cráneo. Está internado. Los agresores fueron detenidos. Concurren a la misma escuela.
El viernes 4 de abril, alrededor de las 15.30, un alumno de 13 años fue atacado en el patio de la escuela secundaria Nº 13 del barrio Villa Vengochea de General Rodríguez, institución que se erige en la esquina de José Hernández y Teófilo Encina. El chico había comprado unos caramelos cuando aparecieron en escena tres jóvenes, quienes también concurren a ese establecimiento educativo, pero no habían asistido a clases.
Los recién llegados, a través del cerco perimetral, le exigieron la entrega de las golosinas. El estudiante se negó. Acto seguido, los otros chicos entraron. Y le propinaron una salvaje paliza. Cuando la víctima cayó al suelo, patearon brutalmente su cabeza, dejándolo inconsciente. Inmediatamente escaparon.
El herido fue trasladado al hospital provincial Vicente López y Planes, donde fue internado de urgencia. Las fuentes consultadas indicaron que sufrió una gravísima fractura de cráneo, que lo dejó “todo deformado”. Además presentaba golpes varios en otras zonas del cuerpo. Fue estabilizado y fuertemente sedado.
Este lunes a las 14 será operado para reconstruir los huesos de la cabeza. Es una intervención de máximo riesgo. Se desconoce si sufrió daño neurológico. Se evaluará la evolución en el transcurso de los próximos días.
La patota fue detenida porque fueron rápidamente identificados. Uno de ellos es imputable. Tiene 17 años. La fiscal Alejandra Pique lo acusó de homicidio en grado de tentativa. La instrucción de la causa está a cargo del Dr. Sebastián Dileo, auxiliar letrado. Ambos pertenecen a la UFI Nº 6 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez que entiende en Responsabilidad Penal Juvenil. Se le aplicó una prisión preventiva y está alojado en un instituto ubicado en el partido de Malvinas Argentinas.
Los otros participantes tienen 13 y 14 años. No son punibles ante la ley penal. La Dra. Mirta Guarino, titular del Juzgado de Garantías Nº 1 del Joven (en turno permanente), decidió aplicarles una medida de seguridad. La normativa lo permite debido a la gravedad del hecho y tiene un plazo máximo de seis meses, prorrogables por igual cantidad de tiempo. El miércoles próximo se realizará una audiencia donde la magistrada, luego de entrevistar a los agresores dentro del marco legal, anunciará su resolución. Los adolescentes fueron derivados a un centro de contención en la localidad de San Nicolás, en el límite entre las provincias de Buenos Aires y Santa Fe.
Resta esperar la evolución de la víctima. Los médicos tienen que evaluar las secuelas por este ataque. Es imposible no pensar en Fernando Báez Sosa, el chico de 18 años víctima de una brutal agresión en enero del 2020 en Villa Gesell. La gresca, en clara desigualdad, había comenzado dentro de un boliche. Báez Sosa murió debido a las lesiones y fueron detenidos siete jóvenes. Ninguno superaba los 20 años. Eran de Zárate y la mayoría jugadores de rugby. Cinco fueron condenados a prisión perpetua y los dos restantes a 15 años de encierro.
En este caso no se puede hablar siquiera de una pelea. Fue un ataque artero, demencial, irracional. En resumen, criminal. La tragedia atraviesa a un chico de solo 13 años y a su familia. Claramente habrá consecuencias legales. También hay dolor y angustia en los padres de los agresores. Un terrible drama. Una situación que refleja muy bien la miniserie “Adolescencia” que produjo Netflix. ¿Cuál es el camino a seguir para que estas situaciones no vuelvan a ocurrir? El Estado, presente, deberá encontrar los senderos que permitan bajar sensiblemente esta conflictividad social, donde parece que la vida vale menos que una bolsa de caramelos.