Alfredo «Pirú» Giménez, así se llamó en este paso terrenal. Músico por idiosincrasia y por heredad. Nació en el Paraguay y vivió en Moreno desde niño.
Estudió en la Facultad de la Música (1988/1993). Su título de Licenciado en Composición y Dirección orquestal, es pura burocracia papelera, él vino al mundo dotado, con los ritmos y armonías navegando por su ADN.
Creativo, de fuerte personalidad, débil
ante los avatares de un planeta derechoso y umbrío. Amiguero, compañero, y con un esquema de vida que lo alejaba de los ordenados.
Compositor, arreglador, cantante, instrumentista, profesor. Enseñó y brindó su arte a varias generaciones.
Nacido el 13 de noviembre de 1954, falleció hace pocos días (la fecha la determinará la necropsia).
Uno de sus hijos, Leroy – músico como su papá y su abuelo – lo encontró sin vida este fin de semana en su domicilio del barrio Alcorta, Moreno sur. «Muerte natural», indican las primeras pericias.
Hijo del gran compositor paraguayo Prudencio Giménez, tenía un museo, declarado en 1960 como «Patrimonio cultural de Moreno», con objetos, partituras, discos, e instrumentos de su padre.
Conformó varias agrupaciones, «Tía Puerca»(tango hostil), «Negros, Blancos e Indígenas» (junto a Marquitos Pelaitay y ‘Chocolate’ Ovando), y otras que marcaron historia.
Uno de sus hijos lo despidió en su muro de Facebook con estas palabras:
«No sé si existe el cielo, viejo, pero sé que vas a estar ahí, chabón, tocando a la hora que sea. Músico como vos solo, un verdadero bandolero, y un gran orgullo para tus hijos! Gracias, viejo querido, la música es una herencia real, gracias a vos»
El corazón guaraní, y su espíritu estaban impregnados de notas musicales, que supo armonizar para ofrecer belleza.
«No quiero deberle a nadie tener que ser de estas tierras», era una de sus frases.
Se fue el «Pirú», el «Picuchi che», el «Piru guazú». Se le gastó el ‘cuore’ muy temprano. Quién sabe si ya en un espacio cósmico, con don Prudencio, se ponga a componer «bellas melodías». Quién sabe!
«Y una tenue luz se baña en la canción, y en las consignas. Es dolor, quema, pero estamos mirando hacia adelante» – dice la letra de su autoría, en el tema «Pájaros rotos».
No descanses en paz. Seguí creando.
Alicia Vicchio