Durante la conferencia, Bullrich destacó “la importancia de la nueva estructura que convierte a todo el sector de operaciones de la Policía Federal Argentina en una agencia de investigaciones que permita ir una tras todas las bandas de crimen organizado que intentan funcionar en la Argentina. A lo largo y a lo ancho del país, las agencias federales del DFI van a estar en estas investigaciones.» En la presentación, la funcionaria estuvo acompañada por la secretaria de Seguridad, Alejandra Monteoliva y el jefe de la PFA, comisario general Alejandro Rollé.
Con respecto al currículum de Bellizzi, la ministra manifestó que cuenta con una trayectoria destacada como miembro de la Policía Federal Argentina, con gran experiencia en la dirección de investigaciones federales de organizaciones criminales. “En la actualidad, antes de estar en este nuevo Departamento Federal de Investigaciones, ha sido Superintendente de Drogas Peligrosas, una de las actuaciones más importantes que tienen las fuerzas federales”, explicó Bullrich, y agregó: “Bellizzi ha hecho cursos específicos de altos mandos, tanto aquí como en el exterior, con el Servicio Secreto de Estados Unidos, en la República del Salvador, con investigaciones federales. Ha sido instructor en todas estas materias de investigación, ha participado de cursos avanzados de lavados de activos en la Comisión Interamericana para el Control y el Abuso de Drogas. Además, también estuvo a cargo de la Agencia Federal del NEA”, finalizó la funcionaria.
Bellizzi, tras su presentación en el cargo, anunció una importante investigación que está encabezando el DFI respecto al PCC, al cual describió como «una organización criminal violenta» que tiene intereses en expandirse en toda América.
La investigación:
Se identificaron 28 personas con vínculos con esta organización criminal. Ocho de estas se encuentran detenidas en unidades del sistema penitenciario federal y provincial, mientras que otras están en libertad, bajo investigación o con antecedentes de expulsión o extradición.
Las pesquisas detectaron, además, prácticas propias del PCC dentro de cárceles argentinas, como ceremonias de iniciación y bautismo, en las que los nuevos miembros reciben un número de matrícula. Estas prácticas replican el modus operandi documentado en Brasil, donde el PCC construyó gran parte de su poder a partir de su influencia en el sistema carcelario.
Hay casos emblemáticos que dan cuenta del entramado criminal que el PCC viene tejiendo en la región y en Argentina. Entre ellos, la causa del ciudadano boliviano Jorge Adalid Granier y su vínculo con bandas criminales del Gran Rosario; el caso de Diego Dirisio, acusado de traficar armas desde Europa hacia el PCC; y la extradición de Emanuel “Liba” Dos Santos, miembro bautizado del PCC, alojado en Ezeiza, donde habría compartido pabellón con Esteban Lindor Alvarado. Se suman, además, los casos de Elvis Riola de Andrade, detenido en Campana, y Sebastián Marset, con operaciones de tráfico intercontinental de cocaína que habrían incluido tránsito por territorio argentino.
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