“Soldados”, sistema de monitoreo y pistolas de alto calibre. Es el mecanismo de seguridad que utilizaba una banda dedicada al narcomenudeo en el barrio San Francisco de Cuartel V. Sometían al vecindario. Por problemas internos balearon a un joven de 24 años quien está internado en hospital de Moreno en grave estado y con pronóstico reservado. Hay siete detenidos.
La calma que reinaba en la fría madrugada del martes 2 de julio se vio interrumpida por fuertes detonaciones de un arma, que heló la sangre de los vecinos, pese a estar acostumbrados a los incidentes. ¿El saldo? Un joven de 24 años, llamado César Olguín, con un balazo en el abdomen.
La víctima fue trasladada al hospital provincial Mariano y Luciano de la Vega de Moreno, donde pelea por su vida. Su estado es crítico, con pronóstico reservado. La bala dañó varios órganos. Los médicos son cautos respecto a su evolución.
Horas después de este hecho la policía detuvo a dos sujetos acusados de balear a Olguín. Tenían en su poder una pistola calibre 9 mm. Presumiblemente el arma con la que atacaron a la víctima. Pero la pesquisa no se detuvo. Lo que marcaba el móvil, un ajuste de cuentas, era consecuencia de una intensa actividad delictiva.
Olguín había integrado una banda dedicada a la venta de drogas. Habría sido expulsado de la organización por quedarse con drogas y no rendir cuentas. Era un “soldado” enrolado en la estructura de una asociación criminal que tenía su búnker en el cruce de las calles Sargento Juan Bautista Cabral y Fray Luis de León, del barrio San Francisco de la localidad morenense de Cuartel V. Un vecindario que creció de manera exponencial en los últimos tiempos de la mano de loteos irregulares. Está emplazado en las cercanías del arroyo Pinazo, límite con el partido de Pilar.
Con la intervención de la UFI Nº 4 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez, bajo la batuta del Dr. Federico Soñora (que estaba de turno e instruyó la causa por la tentativa de homicidio contra Olguín), el personal del servicio de calle de la comisaría 4º de Moreno (Cuartel V) profundizó la investigación en esa zona. Detectaron con precisión la vivienda que se utilizaba como “aguantadero” y remitieron la información a la fiscalía.
Federico Soñora, quien contó con recursos dispuestos por el fiscal general Lucas Oyhanarte entre ellos la colaboración de la UFI Nº 12 especializada en estupefacientes, solicitó órdenes de allanamiento a la Dra. Adriana Julián, titular del Juzgado de Garantías Nº 1. La magistrada dio luz verde a la concreción de los objetivos.
Con las primeras luces del sábado 6 de julio, uniformados de distintas comisarías de la región y el Grupo de Apoyo Departamental (GAD), irrumpieron en cinco locaciones y detuvieron a cinco personas, entre ellos a una mujer. Secuestraron 339 dosis de cocaína, marihuana, elementos de corte para estirar la droga y teléfonos celulares.
En el punto principal, el búnker propiamente dicho, comprobaron un sofisticado sistema de monitoreo que permitía vigilar las inmediaciones. Pero el encargado de la tarea no detectó la llegada de las fuerzas del orden, pese a mantener la comercialización de drogas las 24 horas los siete días de la semana. La sorpresa fue total y no hubo resistencia armada.
A los apresados por el ataque a Olguín también se les imputa el delito de ventas de drogas. Todos quedaron a disposición de la justicia, alojados en los calabozos de dependencias del distrito. Los vecinos lograron algo de paz.