La investigación que desarrolla la justicia plantea dudas en torno a las declaraciones de la docente Corina De Bonis. La mujer afirmó que fue secuestrada y torturada durante la tarde del miércoles 12 de septiembre. Mostró que en su estómago le habían escrito con un objeto punzo cortante “Olla no”. Una reconstrucción habría demostrado que el ataque no pudo haberse producido en la zona que De Bonis denunció.
La justicia habría detectado inconsistencias manifiestas entre la declaración de Corina De Bonis y la secuencia del supuesto ataque. Corina De Bonis, docente del Centro de Educación Complementaria Nº 801 del Barrio Villa Anita, denunció que cuando regresaba a su domicilio, caminando por la calle Tablada, sujetos desconocidos la abordaron, la redujeron, la encapucharon, la golpearon, la subieron a un auto, la torturaron y le escribieron con un objeto punzo cortante en el abdomen “Olla no”. El suceso se produjo cerca de las 16:45 horas del pasado miércoles 12 de septiembre.
La principal discrepancia se daría en torno a la mecánica del supuesto ataque. La mujer, de 47 años, habría afirmado que el ataque se produjo sobre la calle Tablada y que los agresores se movilizaban en un vehículo color rojo o bordó de cuatro puertas. En las cámaras de seguridad (todas emplazadas en propiedades privadas) no se observa ningún automóvil de esas características. Una pesquisa detallada reconstruyó parte de la secuencia del andar de De Bonis hacia su casa. Una cámara capta –sobre Tablada antes de su cruce con Leopoldo Lugones- el caminar de una pareja de jóvenes y, pocos metros detrás, el transitar tranquilo de De Bonis. En la cuadra siguiente se emplaza un kiosco, donde tres jóvenes ingieren bebidas sentados en un banco, otros dos jóvenes empujan un Renault 9 que tenía desperfectos mecánicos en sentido a la calle La Piedad mientras que un muchacho estaba sentado al volante, un vehículo de baja gama color rojo y 0 km circula por la calle La Piedad y dobla por Tablada en dirección a la calle Güemes; en el automóvil viajaba un vecino que le enseñaba a su pareja a manejar aprovechando la tranquilidad de la zona. Ninguno de ellos observó absolutamente nada anormal. Incluso, La Tablada tiene un asfalto angosto; si otro vehículo transitaba de frente, la conductora que estaba practicando manejo tenía que bajar del camino. Nada de esto habría pasado. Al menos así lo habrían testimoniado ante los funcionarios judiciales. De Bonis afirmó que sus captores la liberaron metros antes de la calle La Piedad y que el ataque solo duró un par de minutos. La cámara de seguridad emplazada en la esquina de La Tablada y La Piedad registraría el paso del vehículo de baja gama color rojo e inmediatamente el paso de De Bonis, en sentido contrario, caminando de manera normal, sin prisas, incluso tendría el guardapolvo azul correctamente colocado.
Julio Conte Grand, Procurador de la Provincia de Buenos Aires y jefe de los fiscales bonaerenses, refirió aspectos de la investigación, al ser consultado por los medios nacionales durante este fin de semana. “Las pruebas que se vienen recabando son contradictorias en algunos puntos o al menos no coinciden con la declaración que dio la víctima al tiempo de denunciar y después ratificadas en las veces que estuvo reunida con los fiscales», indicó Conte Grand.
Tras el descubrimiento en las pruebas recolectadas, el funcionario dijo que esto obligó a las unidades fiscales a incorporar nuevas hipótesis que se suman alternativamente a la línea que se estaba trabajando. «Creemos que la maestra es una víctima y analizaremos qué fue lo que le pasó», explicó.
Con respecto a las contradicciones que encontraron, Conte Grand enumeró cuatro aspectos de la investigación. «Primero de todo, ella declaró que fue privada de su libertad en un auto de color bordó y se relevaron las cámaras de seguridad de la zona y se detectaron cuatro vehículos de esas características. Fueron contactados los titulares y se verificó que ninguno de ellos pudo haber sido utilizado en el supuesto secuestro», señaló.
En segundo lugar, el procurador general contó que a los investigadores les había llamado la atención que a la docente se la vio caminando por la calle en el horario cercano a cuando se habrían producido las agresiones. En este sentido estimó que el tiempo que va de una a otra de las filmaciones «no es coincidente con una posibilidad del secuestro».
Otra de las contradicciones que hizo ruido en la investigación refiere a la supuesta amenaza anónima que recibió la docente a su teléfono. «Se analizaron todos los llamados que se hicieron en su momento y se detectó que la presunta amenaza había sido realizada por la madre de uno de sus alumnos», señaló el funcionaron. Luego, se le tomó declaración testimonial a la sospechosa, «que fue consistente» y dijo que la había llamado a Corina por otro motivo. «Además, la duración del llamado no concuerda con el tiempo de los dichos que había declarado la docente», agregó
Por último, el cuarto elemento que se está investigando son las características de las heridas que sufrió la docente en el abdomen. La mujer había declarado que fue torturada con un punzón, pero el funcionario dijo que «los especialistas desvinculan la hipótesis de una lesión realizada en contra de su voluntad».
Las declaraciones de Conte Grand generaron alto impacto. Las fuentes consultadas, además, indicaron que De Bonis sería sometida a peritajes psicológicos para ampliar el panorama investigativo. Los mismos voceros recalcaron que no descartan aún que el ataque se haya producido, sino que están convencidos que no ocurrió en la zona que denunció Corina De Bonis.