El tiroteo que se produjo este miércoles por la tarde frente al shopping Nine, que tuvo como resultado la muerte de un delincuente, generó nuevamente un gravísimo problema en el tránsito. Una situación que no es inusual, sobre todo en las horas pico. No hay soluciones a la vista.
Claramente el crecimiento exponencial que tuvo Moreno en las últimas cuatro décadas tiene como correlato una tensión manifiesta en todos los órdenes de la infraestructura urbana. Salud, educación, seguridad, viviendas y por supuesto conectividad vial entre los distintos puntos del distrito.
El centro administrativo de Moreno se encuentra al sur de la Autopista del Oeste y de las vías del ferrocarril. Sin entrar de lleno en el previsible desacierto que fue llamar a una licitación y aprobar un contrato por diez años con la empresa “La Perlita” por el servicio de transporte público de pasajeros. Una cuestión que marcamos como medio de comunicación en aquel ya lejano 2016. Desde la pandemia la deficiencia en los recorridos y frecuencias de los colectivos se acentuó y hace insufrible el viaje a los usuarios.
La concentración poblacional del partido es altísima en localidades como Trujui y Cuartel V, principalmente. Para atravesar la Autopista del Oeste hay solo siete cruces. Los puentes Gnecco, Graham Bell, Belisario Roldán, Wilde y Gorriti y las conexiones entre Ruta 23 y las avenidas España y Libertador y Ruta 25 con Victorica. Los semáforos colocados en los últimos años en estos dos últimos puntos sirvieron para ordenar apenas el tránsito, pero también colapsan en ciertos horarios.
Los viernes por la tarde la experiencia casi que se convierte en un infierno. Pero todos los días en horario de entrada y salida de las escuelas también se complica. Y mucho. Se sufrió este miércoles a partir de las 15.30, cuando se produjo el tiroteo con un delincuente muerto en la esquina de Colectora Sur de la Autopista y Victorica. Hasta las 20.30 estuvo cerrado el tránsito en la zona por la realización de pericias y recargó los otros cruces. Los embotellamientos se prolongaron hasta pasadas las 22. Todavía dura el malestar en los vecinos.
A mediados de la década del 90 comenzó la construcción de la Autopista del Oeste. El municipio de Moreno acordó que no se cobrara peajes en la jurisdicción. Sin terminar quedaron tres puentes, donde se erigen unas lomas, aprovechadas por muchos morenenses como una salida de esparcimiento. Una entre la bajada de Ruta 23 y puente Graham Bell y dos entre este último punto y el puente de la calle Gnecco. En una entrevista realizada en junio del 2022 a María Giménez, secretaria de Obras Públicas de la gestión Mariel Fernández, analizaba la posibilidad de que el gobierno nacional encarara la construcción de alguno de los pendientes. Con la llegada de Javier Milei a la primera magistratura, claramente el proyecto en ciernes quedó trunco.
Mismo derrotero corrió el túnel de la avenida Victorica, en el cruce ferroviario. Incluso hubo un trabajo preliminar. Es historia. Los problemas de la Autopista se repiten con las vías del Sarmiento. No dan abasto los pasos a niveles. En el centro está el mencionado y el de Libertador/Martínez Melo. Ambos tienen el servicio diésel. El eléctrico tiene dos túneles (De La Quintana y Vicente López) y un puente de una sola mano, Héroes de Malvinas. Si se traba una barrera, es imposible. Los túneles se complican, y mucho, en el cambio de turno de los colegios.
Este miércoles la enorme congestión pudo tener un paliativo con la presencia de agentes municipales que ayudaran a ordenar el tránsito. Pero la secretaría de Tránsito y Transporte de la municipalidad de Moreno no apostó a los empleados en los pasos neurálgicos. El caos era previsible. Y se cumplió a rajatabla.
Ni siquiera mencionamos los frecuentes siniestros viales que entorpecen el fluir de los vehículos. Cabe clarificar que tanto en la Autopista del Oeste (Ruta Nacional Nº 7) como en la línea Sarmiento la administración está a cargo del Estado Nacional. En el primer caso está concesionado mientras que en el segundo está bajo la responsabilidad de Trenes Argentinos. El hartazgo del vecino es palpable. Pero no hay soluciones a la vista.