Una ley contra el edadismo y el viejismo

El colectivo La Revolución de las Viejas junto a la diputada del FDT por Catamarca Anahí Costa presentaron el 6 de julio el Proyecto de Ley para la Eliminación de todas las formas de discriminación por edad. El edadismo, o la discriminación por edad y el viejismo, su manifestación hacia las personas mayores tienen por objeto o por resultado la reproducción de estereotipos estigmatizantes, que menoscaban o anulan el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos y libertades fundamentales, tal como lo entiende la Organización Mundial de la Salud. Ningún grupo de edad se encuentra exento. En síntesis, se trata de los estereotipos (cómo pensamos), los prejuicios (cómo nos sentimos) y la discriminación (cómo nos comportamos) hacia las personas por razón de su edad. Según un nuevo informe de las Naciones Unidas, se calcula que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas y a esto sumaria que todas las personas en algún momento de nuestras vidas hemos sufrido esta discriminación que se encuentra absolutamente naturalizada. Al punto de que la ley vigente de Antidiscriminación Nacional no contempla la edad como factor de discriminación. Es urgente saldar este vacío legal en nuestra legislación.

¿Por qué es necesaria una ley contra la discriminación por edad y que incorpore la perspectiva de género?.

En las últimas décadas se ha iniciado un proceso de envejecimiento poblacional en la República Argentina y específicamente una feminización de «la vejez». Según el INDEC, el 15% de les habitantes de nuestro país son personas de 60 años. Un 57% son mujeres. Si bien las mujeres viven más en relación a los varones, eso no significa vivir mejor. Somos un colectivo vulnerado en múltiples sentidos durante la vida laboral llegando a la vejez, muchas veces, en condiciones de pobreza y de precariedad. En relación a las personas trans, la situación es aún más compleja. La lucha contra la discriminación por edad requiere el apoyo de toda la sociedad y demanda un plan estratégico para erradicar estereotipos culturales y simbólicos que impactan sobre el efectivo ejercicio de los derechos de las personas mayores. Es fundamental que exista una ley que defina qué se entiende por discriminación por edad y establezca los mecanismos necesarios para erradicar estas formas de discriminación.

El proyecto define al edadismo y el viejismo desde una perspectiva de género y de Derechos Humanos, protege los derechos de las personas mayores, establece la necesidad de desarrollar medidas de acción positiva para revertir la desigualdad que sufren algunos colectivos sociales por razones de edad, promueve el acceso al trabajo a personas discriminadas en razón de su edad mediante regímenes de promoción y cupos, impide la difusión de representaciones discriminatorias en los medios de comunicación audiovisual, promueve la educación a lo largo de todo el ciclo de vida e incorpora a las personas mayores dentro de la ESI, entre otras reivindicaciones.

Resulta importante destacar que fue Gabriela Cerruti quien presentó por primera vez este proyecto tratado en la comisión de asesores y diputados de DD.HH. en donde recibió la adhesión de otros diputados y diputadas, así como también de organismos y organizaciones vinculadas a la eliminación de la discriminación por edad. Durante el 2022 fue retomado por nuestro movimiento que en forma federal investigó, discutió e incorporó conceptos que consideró imprescindibles para su aprobación.

La Revolución de las Viejas es un movimiento que nace en el año 2020 con el objetivo de pensar las vejeces y las problemáticas de las mujeres de más de 50 años desde una perspectiva feminista y de derechos humanos. Nos juntamos para conocernos, compartir saberes, derribar estereotipos y deconstruir mitos. Somos plenas, activas, gozosas y estamos llenas de proyectos. Hoy presentamos este proyecto pero somos conscientes que el cambio de paradigma se logra, en paralelo, con el cambio cultural y una de las formas es instalar la temática en agenda. #QueSeaLey

Por Alejandra Benaglia, integrante del colectivo La Revolución de las Viejas.

Télam