El 4 de abril de 2007, después de varios días sin obtener respuesta por parte del gobierno provincial, los docentes deciden en asamblea cortar la Ruta Nacional 22 (a la altura de Arroyito). En respuesta al corte, Jorge Sobisch da la orden a la policía de la provincia de impedir que los manifestantes cortaran la ruta. Comienza la represión. Los efectivos empiezan a arrojar gases lacrimógenos y balas de goma, acompañados también por un carro hidrante que interviene en la represión. Muchos de los docentes se refugian en una estación de servicio cercana y otros son perseguidos por policías a pesar de ya haberse retirado de la ruta.
Cabe recordar que durante la década del 90 el menemismo llevó a los trabajadores a sufrir el mayor avance de la precarización laboral. El entonces gobernador de Neuquén y uno de los discípulos de Menem, Jorge Sobisch, a través de transferencias de recursos al sector privado desmanteló la educación (y la salud) provincial, llevándola a funcionar con los recursos básicos. Los docentes de la provincia de Neuquén se mantuvieron durante varios años reclamando a través de pedidos de audiencias, petitorios y un sin fin de medidas institucionales. Pedían por la recomposición salarial, el pase a planta permanente de todos los contratados y el pase al básico de los aportes no remunerativos, entre otras reivindicaciones. Sin embargo, no obtuvieron ninguna respuesta.
Una vez expulsados los docentes de la ruta y tras una conversación entre dirigentes y policías en la estación de servicio, se detiene el accionar policial y los docentes se retiran en grupo, a pie y en autos, hacia la ciudad de Senillosa, escoltados por camionetas policiales. Hasta que sin aviso, las camionetas policiales se adelantan a la caravana, y reanudan el uso de la fuerza.
Es entonces cuando el Cabo José Darío Poblete dispara, a unos dos metros de distancia, una granada de gas lacrimógeno hacía el Fiat 147 donde, en el asiento trasero, viajaba Carlos Fuentealba. El proyectil atraviesa el vidrio del auto e impacta en la nuca de Fuentealba, causándole un hundimiento de cráneo. Los demás manifestantes no podían comprender lo que acababa de pasar. Entre gritos, llantos y desesperación, rápidamente llamaron a una ambulancia para que traslade a Carlos al hospital más cercano.
Una vez en el hospital provincial, Fuentealba fue sometido a dos operaciones y finalmente murió al día siguiente. El día en que murió tenía 40 años y dos hijas de 10 y 14 años. Desde entonces, CTA CTERA, ATEN y SUTEBA han acompañado a Sandra Rodríguez de Fuentealba, en el reclamo por el juicio y castigo a los responsables del asesinato. Se realizaron marchas, movilizaciones, junta de firmas, petitorios y todo tipo de actividades artísticas.
Gracias a la lucha docente, el martes 8 de julio 2008, la Cámara Criminal Primera de Neuquén condenó a prisión perpetua con la inhabilitación absoluta y perpetua al policía Darío Poblete. Esta sentencia se conoció como Causa Fuentealba I.
Sin embargo, la lucha no termina, y desde las distintas organizaciones sindicales y organismos de derechos humanos se sigue exigiendo que se castigue a los responsables intelectuales y políticos, con el ex-gobernador de la provincia Jorge Sobisch a la cabeza, y que fueron sobreseídos recientemente en la causa Fuentealba II.
Es importante que hoy reflexionemos sobre el valor de la vida, sobre el vacío que ha dejado en un aula del país, tan aberrante muerte. Hoy una familia, un grupo de alumnos, y los docentes todos llevamos once años sin la presencia de un ser noble, comprometido, solidario, que se brindaba enteramente a los demás. Hoy podemos hablar de la bronca y la tristeza que nos causó su muerte, pero también tenemos que hablar de fuerza y acción concreta para que no claudiquemos en nuestro reclamo por juicio y castigo a los culpables.
Fuente: Secretaría de Derechos Humanos – SUTEBA