Santa Brígida golpeada por los hechos delictivos

El barrio Santa Brígida de General Rodríguez siempre fue mirado como uno de los “privilegiados” por contar desde hace varios años dentro de su terruño con un destacamento policial. En época donde la delincuencia fue ganando las calles, tener un grupo de seguridad oficial en cercanías de sus propias viviendas, aseguraban un motivo de cierta tranquilidad.
Esta aseveración que se conocía continuamente dentro del ámbito rodriguense parece que comenzó a cambiar desde hace un tiempo. Varios episodios relacionados con asaltos pasaron a concretarse y eso llevó a que los vecinos comiencen a mostrar una gran preocupación.
En los últimas semanas hubo dos hechos que, por la violencia verbal y física utilizada contra los damnificados, dejaron secuelas psicológicas a toda la zona la cuál siente que, sumados a otros robos de menor cuantía, deberán tener un mayor cuidado a la hora de salir a la calle en horarios nocturnos.
Pese a que reconocen que el personal del Destacamento “es buena gente” y ¨hacen lo que pueden¨, demuestran que la seguridad que se puede impartir desde allí es muy escasa, dado que comentaban que de noche cierran hasta la puerta con llave de la sede de la calle La Pampa, por temor a ser robados ellos mismos.
Raterismo
No hay que dialogar con muchos vecinos para notar que los denominados “rateros” en Santa Brígida están a la orden del día. En los últimos meses se han multiplicado los robos denominados simples, en los cuáles los delincuentes aprovechan algún descuido para desvalijar algún galpón alejado de la vivienda principal o bien alguna bicicleta o cortadora de césped que ocasionalmente quedó afuera de la casa.
El más llamativo de todos fue el ocurrido en la quinta Los Puchos (150 metros del destacamento), donde cacos se llevaron dos garrafas que servían para entregar el gas a toda la vivienda.
También en éste caso se puede agregar lo que viene ocurriendo con quienes por razones laborales o de estudio deben llegar sin luz natural a sus casas (después de las 20 horas). En el trayecto desde que se bajan del colectivo Ruta 7 hasta su destino final, es una verdadera odisea. La rotura en el tendido eléctrico hace que existan zonas muy oscuras que son aprovechadas por principalmente jóvenes delincuentes que se apoderas de billeteras u cualquier otro elemento de valor que lleven las personas en ese momento.
Primer caso
El primero de los casos a destacar y que tuvieron la participación de una banda organizada ocurrió en un almacén propiedad de Cristian Leone. Ubicado sobre la calle El Recado, el pasado viernes 13 cerca de las 20,30 Hs., se encontraba atendiendo a un cliente cuando al menos tres personas ingresaron a su casa aledaña al local comercial. Portando armas de fuego rápidamente se apoderaron de la situación, pudiendo someter, además de Leone, a su esposa y a su dos hijas de 12 y 7 años, las cuáles directamente fueron llevadas a una de las habitaciones. “Quédense tranquilos que no somos golpeadores ni violadores, lo único que queremos es la plata”, habría dicho el que parecía jefe de la banda.
Minutos después se lograron quedar con el dinero en efectivo que había en el domicilio, mercadería de la despensa, un grupo electrógeno y otros objetos que consideraron los cacos de valor.
Vale consignar que los asaltantes eran jóvenes y actuaron a cara descubierta. Al retirarse dejaron igualmente su sello mafioso. “Ojo con lo que hacés porque te volamos los sesos”, le dijeron al dueño de casa.
Segundo caso
En el segundo de los actos delictivos a destacar en el transcurso de los últimos días, el damnificado fue Luis Jaime, un hombre que hace las veces de casero en una casaquinta. Según explicó el propio damnificado a nuestro medio, el hecho ocurrió en la madrugada del sábado 14 de abril. En momento de llegar a su vivienda, al menos cuatro personas, sin mediar palabras, comenzaron a darle garrotazos que lo dejaron inconsciente en el suelo.
Desde ese momento los delincuentes comenzaron a actuar sin ningún sobresalto. Permaneciendo en la casa principal por cerca de dos horas, se llevaron de la misma una heladera, un freezer, una desmalezadora, un DVD y una cortadora de cercos, entre otras cosas.
Con respecto a la suerte de Jaime, se pudo reponer una vez que los ladrones se habían retirado. Fue hasta la casa de un vecino, solicitó ayuda y fue llevado al hospital Vicente López y Planes, donde quedó internado por una semana por la presencia de un coágulo en la cabeza. Su vida por suerte ya no corre riesgos, aunque deberá mantener un control médico mensualmente.
Reunión
Durante la semana y ante la situación acuciante, los vecinos solicitaron una reunión donde querían dejar sus opiniones respecto a lo que está sucediendo. En primer lugar que el destacamento vuelva a tener mayor personal y no quede con un solo guardia en horarios nocturnos, que se arreglen con mayor celeridad las luces del tendido público y además que se realicen las intimaciones correspondientes a los propietarios de los lotes que tienen malezas muy altas y son proclive a servir de guarida para los ladrones.
También y agregando a la petición a la secretaría de obras públicas, se solicitó que se arreglen algunas calles transversales, para que los días de lluvia puedan ingresar las ambulancias en caso de emergencias