Sergio Ramón Flores tenía 31 años. La madrugada del pasado domingo salió de la humilde vivienda que ocupaba con su esposa y sus seis hijos con la intención de abordar un colectivo que lo acercara a su lugar de trabajo. A mitad de camino fue interceptado por un delincuente. Un disparo a quemarropa terminó con su vida. El asesino está detenido y su familia desamparada.
Los vecinos hablan de cuatro o cinco detonaciones que surcaron la fría madrugada de este domingo 22 de julio. Eran cerca de las 5 de la mañana. Algunos testigos habrían relatado posteriormente que vieron como tres personas forcejeaban sobre la avenida Montoneras, entrada principal del barrio Güemes, cuya jurisdicción comparten los distritos de General Rodríguez y Moreno. Después se escuchó al menos un disparo. Uno de los individuos volvió sobre sus pasos y quiso retomar por la calle Río Negro, mientras los agresores escapaban. Allí lo perdieron de vista. La escasa -por no decir nula- iluminación en la zona impidió que siguieran su recorrido.
Recién con la primeras luces del día, algunos madrugadores observaron el cuerpo sin vida de un hombre, tirado en un descampado del cruce de la calle Río Negro y Avenida Montoneras, a poco más de una cuadra del destacamento policial del barrio Güemes. Esta dependencia sólo cuenta con un efectivo policial que realiza las guardias, con el simple objetivo que el edificio no quede abandonado. La falta de uniformados en la región es endémica.
Ante el aviso de la novedad al servicio de emergencia 911, llegó a la zona un móvil de la Comisaría 2º de General Rodríguez. Comprobada la veracidad de la denuncia, el personal dio el alerta y el área fue acordonada. El trabajo de los peritos tuvo sus frutos: a una decena de metros del lugar donde reposaba el cadáver, encontraron signos de lucha además de un casquillo de un arma calibre 9 mm. El cuerpo, hasta ese momento no identificado, presentaba una herida de bala que ingresó en la articulación temporomandibular derecha, atravesó todo el cuello y egresó a la altura de la escápula izquierda. Revisando a conciencia el sector donde encontraron la vaina servida, los especialistas hallaron enterrado el plomo.
Mientras tanto los investigadores realizaron un relevamiento en las inmediaciones. Así habría recolectado el testimonio de algunos vecinos que habrían dado señas particulares de al menos de uno de los agresores. Un par de horas después detenían a Brian Rush, un joven de 19 años que rondaba la zona desde hace un tiempo atrás, viviendo en la casa de unos parientes. Rush sería oriundo del complejo habitacional de Las Catonas en el vecino partido de Moreno y tendría sobre sus espaldas un prontuario delictual destacado. Con la anuencia del fiscal de turno -el Dr. Pablo Vieiro de la UFI Nº 10 del Departamento Judicial de Mercedes con asiento en Luján- los uniformados allanaron la vivienda que ocupaba Rush, sobre la calle Esmeralda, casi Río Negro, a metros del predio de Gendarmería Nacional. No hallaron el arma homicida, pese a los esfuerzos.
Recién pasadas las 20 horas de ese mismo día dos mujeres se acercaron a la Comisaría 2º de General Rodríguez. Las mismas denunciaron la desaparición de Sergio Flores de 31 años. Ante el oficial de guardia relataron que había salido a las 5 de la mañana de la humilde casa que ocupaba con su familia sobre la calle Río Negro esquina Chilecito. Flores se dirigía a su trabajo, una obra en construcción en el partido de Ituzaingó. Ya hacía varias horas que debía haber regresado. Las características físicas y la descripción de la vestimenta de Flores coincidían con el cuerpo descubierto esa mañana.
Las mujeres -a la sazón madre y esposa de Flores- fueron trasladadas a la morgue que funciona en el hospital Vicente López y Planes. Fue la cónyuge de Flores la que reconoció su cadáver. Su llanto y desesperación eran inconsolables.
El lunes por la mañana el dolor era insoportable para la familia de Flores. Los vecinos se acercaban para brindar el pésame. Abordadas por las cámaras de Telered Noticias General Rodríguez, Hilda Méndez -la madre de Flores- y Rosana Padilla -su esposa- relataron que “salió a la 5 de la mañana para tomarse un colectivo de La Perlita en la Ruta 7, porque no quería llegar tarde al trabajo. Fue lo último que supimos de él, porque después estaba en la morgue”.
“No sabemos por qué pasó esto ¿para robarle 30 pesos que tenía en la billetera?” se preguntaba Hilda Méndez. Méndez dijo desconocer la identidad del detenido, pero algunos familiares señalaron que la mujer tendría miedo a algún tipo de represalia. Rush, junto a otros malvivientes de esa zona y de Moreno, asolaría a los vecinos con constantes robos. Incluso trascendió que parientes de Flores se habrían enfrentado con Rush y sus cómplices, porque en noviembre del año pasado este delincuente habría intentado abusar de una pequeña hermana de Flores.
A raíz de estos datos, los investigadores trabajan en dos hipótesis. La primera habla de un asalto y un posterior asesinato y la restante que Rush haya reconocido a Flores, tomase revancha por los hechos anteriores atacándolo, le disparara y posteriormente le robara. Justamente al no tener Flores ningún documento de identidad en su poder -los que habrían sido sustraídos- fue la circunstancia que impidió su rápida individualización.
Mientras Hilda Méndez abrazaba y consolaba a su nuera, contó que ella llegó a la zona tres años atrás. Flores había arribado al barrio el año pasado para construir la humilde vivienda que la mujer ocupa junto a otros hijos. Sergio Flores volvió a Misiones, su provincia natal, una vez finalizada la obra, pero regresó en febrero apremiado por la difícil situación económica que atravesaba allí. Hace menos de un mes que su mujer siguió sus pasos con la numerosa prole -tienen en común seis hijos de 2, 4, 7,9 11 y 13 años-. La familia quedó desamparada. “¿Ahora que van a ser sin padre estas criaturas?” se preguntaba Méndez, antes de quebrarse en llanto. “Él quería lo mejor para nosotros” llegó a decir Rosana Padilla.
“Ahora tenemos que pensar que tenemos que sacar a los seis chicos adelante ¿cómo? No sé. Pero vamos a luchar entre todos para que así sea” finalizó la madre de Sergio Flores.
Hasta ahora Brian Rush es el único detenido que tiene este terrible hecho. Los investigadores continúan con las pesquisas para identificar al supuesto cómplice. Aunque albergan pocas dudas de que Rush habría sido el autor material del salvaje asesinato de Sergio Flores.