Asume una militante ultra kirchnerista como fiscal en el Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez

Alejandra Piqué jura este martes –junto a dos funcionarios más- como fiscal suplente en el Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez. En su redes sociales se identifica como “militante del proyecto Nac & Pop” y postea imágenes junto a Amado Boudou y Cristina Fernández de Kirchner. Parcialidad política explícita.
Alejandra Piqué fue una de las ganadoras del concurso para cubrir tres vacantes de fiscal suplente en el Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez. El examen se realizó hace un puñado de años y los nombramientos finales se conocieron en los últimos meses. Este martes 6 de noviembre, los tres nuevos funcionarios jurarán pasado el mediodía en un acto planificado en el Teatro Municipal “Leopoldo Marechal” de Moreno. Además de Piqué, Gabriel López y Jonatan Lay serán los nuevos fiscales suplentes.
Alejandra Vanesa Piqué tiene 40 años y vive en el partido de San Martín. Trabaja como empleada en las fiscalías de menores del Departamento Judicial de San Martín. Rindió el examen como fiscal suplente, lo aprobó, pasó la entrevista frente al Consejo de la Magistratura y su pliego contó con el acuerdo del Senado provincial y del ejecutivo bonaerense; el filtro que marca la ley y que tienen que pasar todos los funcionarios judiciales de alto rango.


En la era de la tecnología, las redes sociales son las vedettes. La exposición se potencia hasta límites inimaginables. Justamente, un sondeo a los futuros fiscales suplentes arrojó un resultado inesperado. Alejandra Piqué se define en su cuenta de Twitter como “Militante del proyecto Nac & Pop! Ni ñoqui ni invento, laburante” y postea fotos al frente de una columna de la agrupación política ultra kirchnerista “La Cámpora”. También hay imágenes junto al ex Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou (hoy preso) y con la ex Presidente (actual Senadora Nacional) Cristina Fernández de Kirchner.


El planteo no se hace esperar. No hay dudas que todos tenemos una ideología política, aunque puede ser no partidaria. ¿Puede manifestar abiertamente un funcionario judicial de alta jerarquía una clara pertenencia partidaria, sea cual sea su color? ¿Afecta su imparcialidad? ¿Qué pasaría si llega a sus manos una causa penal sensible que afecte los intereses del actual gobierno kirchnerista de Moreno o a la anterior gestión, alineada con quienes manejaron el destino de la Nación hasta diciembre del 2015? Sin dudas, una cuestión que debería abrir un profundo debate.