Desde el 5 de enero pasado, en que un chofer de la empresa El Nuevo Ceibo fue asaltado brutalmente, la policía estaba intentando buscar a quienes posiblemente atacaron a Ariel Tebes, cuando salía con su micro desde parada Luchetti hacia General Rodríguez. Por aquel hecho policial, la Línea 500 estuvo sin servicio por varias horas, dado que sus choferes pedían mayor seguridad en las zonas peligrosas.
Las referencias que se tenían eran muy pocas. El chofer, tras el momento traumático que le tocó vivir y por haber estado amenazado posterior al incidente, no pudo aportar muchos datos. Fueron algunos testigos ocasionales y otros integrantes de grupos adolescentes de distintos barrios aledaños a Moreno, que directamente delataron a los dos delincuentes actuantes y brindaron detalles a los investigadores que, uno de ellos, poseería un tatuaje en la zona del cuello.
Con datos precisos y basados en los antecedentes, se comenzó a rastrear por la zona de Altos del Oeste. Allí viviría un joven de 21 años que daba con las características de uno de los autores del ataque. Primeramente hace un par de semanas se hizo un allanamiento en una vivienda del lugar que dio como resultado negativo, pero días después, el 21 de enero cerca de las 23 horas, y mientras la patrulla desarrollaba su tarea de prevención, se lo detectó caminando por la Avenida Central de Altos del Oeste y allí se lo logró detener y llevar a la sede de la Comisaría 2º, donde se lo identificó como Said Alberto Arrada, de 21 años, domiciliado a pocas cuadras de la estación Pablo Marín y con antecedentes de haber participado en otros actos delictivos anteriormente.
La detención, según indicó la UFI Nº 1 de Moreno que actúa en el caso, se hizo bajo la carátula de “Robo calificado por el uso de arma y por el uso de arma de fuego, cuya aptitud parta el disparo no ha sido acreditada”.
Con la posibilidad de haber atrapado, casi con seguridad, al autor del aberrante robo, compañeros de Ariel Tebes mostraron su satisfacción, sobre todo porque se había informado que “la bandita”, seguía merodeando la zona e inclusive habrían hecho llegar a los conductores de colectivos locales, serias advertencias para “que se dejen de joder” y no brinden datos a la policía, porque, de continuar de esa manera, seguirían los ataques
Robo
El hecho de que fuera víctima el chofer de la empresa El Nuevo Ceibo fue el 5 de enero. Cerca de las 5,30 horas y en la intersección de la Ruta 7 y Oliden (cerca de la parada Luchetti en el límite con Moreno), subieron al colectivo dos personas de sexo masculino que rápidamente le mostraron al chofer, Ariel Marcelo Tebes, de 38 años, las intenciones con las que subían al micro. Sin mediar ningún tipo de inconvenientes, sacaron de entre sus ropas armas de fuego y se adueñaron de la situación. El pedido que realizaron era directamente al chofer, Le solicitaron que le entregue el dinero que llevaba, algo que les fue negado, dado que con las nuevas máquinas de la tarjeta SUBE, no se maneja efectivo en el interior del colectivo.
No conforme con ello, empezaron a realizar una exhaustiva búsqueda y allí, entre las ropas de Tebes, encontraron 150 pesos. La situación por la supuesta mentira enfureció a los delincuentes. Insultándolo permanentemente, le colocaron la mano contra un hierro y allí le propinaron dos golpes con la culata de una de las armas, generando que uno de los dedos quede casi amputado.
Sin más daño por hacer, los dos cacos, que trabajaron a cara descubierta, se dieron rápidamente a la fuga, perdiéndose entre los pastizales.
Por su parte el chofer herido, fue auxiliado por personas que llegaron al lugar. Primer fue llevado a la Clínica Centro y luego fue derivado a otro lugar de atención médica, para que continúe su recuperación.
Paro
Por aquel entonces y enterados los compañeros de Tebes de lo ocurrido, realizaron un cese momentáneo de actividades, juntándose todos los choferes en los talleres que posee la empresa El Nuevo Ceibo en la calle Intendente Manny. Allí los delegados fueron escuchados por las autoridades policiales y se comprometieron los comisarios de las comisarías 1º y 2º, a desarrollar operativos en las zonas más ¨calientes¨ del delito, como los son los barrios Parque Rivadavia, Güemes, Altos del Oeste, Agua de Oro y Almirante Brown.
Luego de cuatro horas y la lectura de un acta compromiso, la actividad del servicio de colectivos volvió a la normalidad.