La construcción del “Laboratorio Espacial”, un nuevo satélite argentino de comunicaciones, se inició con el ensayo que dará origen al primer CubeSat, primer nanosatélite no geoestacionario que estará conectado a través de sensores con una plataforma satelital.
Este proyecto cuenta con la colaboración científica y el apoyo de la Universidad Nacional de Moreno y de otras universidades adherentes quienes ya comenzaron a trabajar en los subsistemas. Además, este laboratorio es llevado adelante por un ANR provisto por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, la Fundación para el Desarrollo de las Telecomunicaciones, la Electrónica y la Comunicación (FUNDETEC), el Consejo Profesional de Ingeniería en Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC), la Universidad de Palermo y otras Instituciones Nacionales como CITEDEF, CONAE y CNEA que pondrán sus instalaciones y profesionales a disposición.
El CubeSat es un cubo de 10 centímetros de lado, cuya carga útil se basa en sistemas IoT (internet de las cosas) aplicada a sensores y 3GPP de banda angosta que se podrá conectar a futuras redes de quinta generación (5 G).
En función a los tiempos que demanden el desarrollo del sistema, se planificó el lanzamiento y puesta en órbita en la primera parte del 2023 a través del “Falcon 9”, un cohete de la empresa SpaceX.
El satélite es del tipo LEO (Low Earth Orbit) por sus siglas en inglés, es decir, de órbita baja, y se ubica ubicado a unos 600 km de la superficie terrestre lo que permite que la latencia en las telecomunicaciones (demoras) sea menor a 10 ms.
Estará destinado, en su fase de IoT, a dispositivos y mecanismos que através de sensores tengan una necesidad de cobertura en zonas alejadas con dificultad de acceso por enlaces convencionales terrestres. En su fase de 3GPP podrá interactuar con las tecnologías de conectividad disponibles actual ya futuro (5G) en Argentina lo que permitirá llevar servicios de internet en las áreas más alejadas, en las cuales las conexiones de red no tienen cobertura.
Este trabajo es el puntapié inicial de un proyecto que, posteriormente y con la construcción de más CubeSat, conformará una red de satélites cuyo como objetivo final es desarrollar las capacidades necesarias para investigar y ensayar tecnologías del entorno espacial hacia la tierra.