Crimen de Débora Ríos: Los acusados del asesinato se negaron a declarar

Los dos detenidos por el crimen de Débora Ángela Ríos, la playera de una estación de servicio asesinada ayer de 31 puñaladas y a golpes en la cabeza en el barrio El Milenio de la localidad de Cuartel V, se negaron a declarar ante la fiscal de la causa, quien los acusó de haberse aprovechado del estado de indefensión de la víctima, informaron fuentes judiciales.

En tanto, los investigadores continúan con la búsqueda de un tercer sospechoso que, se cree, fue quien mantenía reducida a la mujer, mientras los otros dos la atacaban con sendas armas blancas.

Fuentes judiciales informaron a Télam que los aprehendidos Enzo Leonel Aylan (24) y Alexis Iván Matcovich (20) se negaron esta tarde a declarar ante la fiscal de la causa, Carina Saucedo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Moreno, quien les imputó los delitos de «homicidio agravado criminis causa y por alevosía, en concurso real con robo agravado por el uso de arma».

Al utilizar el agravante de la «alevosía», la fiscalía considera que los acusados se aprovecharon del estado de indefensión de Ríos (36).

«Le ocasionaron tantas heridas que ella cayó indefensa al suelo, en un lugar oscuro y apartado, donde la siguieron atacando a patadas en la cabeza», explicó una fuente judicial.

De acuerdo a este vocero, fueron estas patadas las que le provocaron a la víctima un fuerte traumatismo de cráneo que resultó la causa de muerte.

A su vez, los médicos forenses establecieron que las 31 heridas punzo cortantes que presentaba la playera fueron provocadas con dos armas distintas: una con monofilo, como un cuchillo; y la otra con una punta redondeada, que podría ser un destornillador.

Respecto del tercer sospechoso, la fuente consultada señaló que, en principio, sería quien «sostenía a la víctima mientras los otros dos la atacaban».

Para la fiscal Saucedo, las tres personas que cometieron el hecho son «coautores» del crimen, por lo que solicitó al Juzgado de Garantías 2 de Moreno, Gabriel Castro, que ordene la detención formal de los dos apresados, por un lado; e impartió a la Policía una serie de directivas para localizar al restante sospechoso.

A su vez, los pesquisas continúan con las diligencias en procura de hallar las armas empleadas en el ataque y también el celular y la mochila que le robaron a la víctima.

El hecho ocurrió el lunes a la madrugada sobre la avenida San Fernando entre Malabia y Montes de Oca del barrio El Milenio de Cuartel V, donde Ríos fue encontrada tendida boca arriba, con manchas de sangre en el rostro y golpes en la cabeza y vestida con un mameluco de trabajo perteneciente a la empresa YPF, ya que trabajaba en una estación de servicio de esa compañía.

A un metro de la cabeza de la víctima, en tanto, los pesquisas hallaron un aerosol de gas pimienta, con el que se cree la mujer se defendió de los delincuentes que la asaltaron con fines de robo.

La mujer fue identificada en el lugar por su propio hermano, quien explicó que viven en una de las casas del barrio «Ara San Juan», ubicado a pocos metros, y que ella salía todos los días a las 4 de la madrugada rumbo a su trabajo como playera de una estación de servicio de General Pacheco, partido de Tigre.

Por su parte, una testigo clave llegó a escuchar el intento de asalto y orientó a los pesquisas a los posibles autores.

En base a los datos aportados por los testigos, los detectives de la policía bonaerense aprehendieron primero a Aylan en un domicilio ubicado a 100 metros de la escena del crimen, sobre avenida San Fernando y Montes de Oca.

Y más tarde, los detectives apresaron a Matcovich en una vivienda ubicada también a pocos metros del lugar del hecho.

A su vez, los investigadores establecieron que horas previas al asesinato, Aylan había dejado en un mensaje en su red social de Facebook en el que conversaba con su hermana y alertaba que planeaba salir a robar.

«Cero peso ya van a esperar de mí», señalaba Aylan en su muro de Facebook, tras lo cual una de sus hermanas le respondió «portate bien hermano, no hagas cagada por favor. Andá a descansar».