La DDI detuvo en San Miguel a los dos prófugos acusados de participar en el salvaje asesinato de Juana Nacimento, una mujer de 84 años que vivía en el barrio Indaburu de Moreno Norte. Tres personas, dos hombres y una mujer, entraron en la vivienda de la adulta mayor y la golpearon brutalmente hasta matarla. Luego se llevaron algunos objetos de valor. Uno de los delincuentes fue atrapado por los vecinos cuando huía de la escena del crimen. La pena en expectativa para los acusados es prisión perpetua.
Doña Juana había ido a la iglesia. Pasó un comercio cercano y compró productos de granja. Vivía sola, pero con familiares a pocas cuadras. Era muy querida en la zona y con muchísimos años viviendo en la misma casa, sobre la calle Joaquín V. González al 6.802 casi esquina George Bernard Shaw, frente al zanjón, donde comienza el barrio Indaburu de Moreno Norte.
Alrededor de las 13 horas del domingo 13 de octubre llegó a su vivienda. Los delincuentes la sorprendieron cuando la mujer entraba. Un vecino pasó por la vereda y le llamó la atención que la puerta principal estuviese abierta. Dio media vuelta y la cerraron intempestivamente, casi en sus narices. Este movimiento fue la alarma. Regresó con otra persona y decidieron ingresar. Encontraron a Juana Nacimento, de 84 años, tirada en la cocina. Estaba atada de pies y manos y con una mordaza. Respiraba con dificultad. Tenía la cara destrozada a golpes.
En esos momentos un sujeto salió del escondite en el que se ocultaba e intentó escapar. Pero en la puerta se habían juntado más vecinos. Lo atraparon. Lo redujeron. Lo ataron a un árbol y lo lincharon. La llegada de la Policía evitó que finalmente lo mataran. Habría sido identificado como Jonatan Velázquez Sequeira de 38 años. Fue rescatado, con mucho esfuerzo por parte de los agentes, y llevado al hospital provincial Mariano y Luciano de la Vega.
Minutos antes había arribado a este centro asistencial Doña Juana, trasladada en un auto particular. Lamentablemente falleció en el camino. Confidentes aseguraron que tenía fractura de cráneo entre otras graves lesiones. Su cuerpo fue trasladado a la morgue de General Rodríguez donde se practicó la operación de autopsia.
Los malvivientes que habrían participado del asesinato serían tres. Segundos después la Policía detuvo a un joven de 18 años. Los vecinos incendiaron parcialmente la vivienda. Habitaba una casa junto a su familia, a la vuelta de la escena del crimen. Los uniformados también capturaron a una mujer.
Los tres aprehendidos (el herido recibió rápidamente el alta en el hospital) fueron derivados a la Comisaria 8º de Moreno (Catonas). En la dependencia policial se reforzó el mecanismo de seguridad con un cordón de uniformados y vallas para evitar nuevos incidentes.
Las fuentes consultadas reafirmaron el cariño que sentía la comunidad por Doña Juana. Sería madre de una mujer que viviría en CABA y abuela de una chica que estaría radicada en Paso del Rey. Cobraba una jubilación mínima y con muchísimo esfuerzo en las últimas semanas había podido contratar a un hombre para que le reparara el techo de una galería. No poseía efectos de gran valor económico.
En la causa trabaja la UFI Nº 3 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez a cargo de la Dra. Luisa Pontecorvo. Los funcionarios de esa fiscalía, Dres. Gastón Porta y Sebastián Bueno, recogieron declaraciones de diversos testigos. Pudieron determinar que el joven de 18 años y la mujer que habían sido indagados, luego de ser detenidos por la Policía, no estaban vinculados al crimen, al menos directamente. Pero fueron claves para desentrañar el misterio.
Luego del informe de autopsia, que determinó el salvajismo del ataque contra Nacimento, la Dra. Pontecorvo, con la asistencia de la instructora Dra. Natalia Imelio, imputó a Velázquez Sequeira por el delito de “homicidio agravado criminis causa por perpetrarse con ensañamiento, alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso real con robo agravado por cometerse en lugar poblado y en banda”. De mantenerse la carátula en el juicio, el castigo correspondiente es prisión perpetua. Quedaban dos prófugos, un hombre y una mujer.
Los testimonios de los detenidos, y posteriormente liberados, habría permitido identificarlos. Se trataba de Jonathan Ariel Cajal de 20 años y Oriana Mailén Garay Valenzuela de 19. Son hijo y nuera de la femenina capturada en la vivienda cercana a la casa de Nacimento. Ella aportó los datos precisos.
Tanto Cajal como Garay Valenzuela desaparecieron de los lugares habituales. Ya con la intervención de la DDI de Moreno y General Rodríguez a cargo del Comisario Inspector Federico López la pesquisa se aceleró. La Dra. Pontecorvo solicitó una orden de allanamiento a la Dra. Adriana Julián del Juzgado de Garantías Nº 1 para una casa en el distrito de Moreno. La Brigada irrumpió pero no encontró a los acusados. Secuestraron teléfonos que iban a ser la llave para la resolución del caso.
Una vez descifrados los aparatos celulares, los investigadores lograron determinar que la pareja se estaba escondiendo en un departamento alquilado, ubicado sobre la calle Salguero entre Tres Sargentos y Marcos Paz del partido de San Miguel. Los esperaron pacientemente, camuflados en el barrio, hasta que salieran.
El jueves 12 de diciembre, por la mañana la vigilancia arrojó frutos. Avistaron a Cajal y a Garay Valenzuela cuando abandonaban la morada. Los dejaron caminar unos metros y saltaron sobre ellos. Cajal intentó un atisbo de resistencia, pero fue inmediatamente reducido. Lograron capturarlos.
Confidentes con acceso al expediente indicaron que ambos, asistidos por defensores oficiales, se negaron a declarar en la fiscalía. Fueron alojados en calabozos de comisarías de la región, a la espera de la prisión preventiva. La medida ya habría solicitada por la Dra. Pontecorvo. Una vez que sea concedida (la carga probatoria sería contundente, con el trabajo de la Policía Científica en la escena del crimen y el levantamiento de rastros) serían trasladados a un penal. Están acusados de los mismos delitos que Velázquez Sequeira. También es la misma la pena: Perpetua.