La construcción comenzó en 1973 y quedó paralizada durante la dictadura. Se retomaron los trabajos con la vuelta de la democracia y se terminó alrededor de 1989. Son 1.600 departamentos donde viven más de 10.000 personas. Quedaron en un limbo respecto a los servicios como la energía eléctrica y el agua. Justamente el agua se convierte en un tema complejo cuando falla alguna de las tres bombas que estás colocadas en el predio. ABSA (Aguas Bonaerenses Sociedad Anónima, una sociedad del Estado) es quien realiza el mantenimiento. Pero los problemas subsisten y parecen agravarse. Once días sin suministro y la ausencia de la administración municipal para interceder ante el reclamo de los vecinos.
Entrevista con Rubén, Elizabeth y Lucy