Las poblaciones más vulnerables frente a las enfermedades respiratorias de invierno tienen que ver con las «edades más extremas de la vida» como lo son los más pequeños y los más grandes porque «en ellos su sistema inmunológico no está en pleno funcionamiento», advirtió Maximiliano Gómez, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC).
«Debemos ayudarlos y tratar de evitar el contacto cercano de los más pequeños con personas que están tosiendo o estornudando. En los adultos mayores el uso de barbijo les va a ayudar a evitar contagiarse», señaló a Télam el especialista.
Las personas que tienen algún tipo de problema de salud como, por ejemplo, personas con cáncer en tratamiento con quimioterapia, personas que tienen tratamiento inmunosupresor, enfermedades autoinmunes o inmunoagresivas tienen condiciones para que no funcione plenamente su sistema inmunológico y deben tomar precauciones en esta época, advirtió Gómez.
«Hay enfermedades como el asma, el EPOC, pacientes con fibrosis pulmonar, u otras enfermedades como bronquiectasias que por más que no tengan una virosis o una gripe pueden exacerbar o tener crisis o ataques que son empeoramientos agudos de la enfermedad y de los síntomas», explicó a Télam la neumonóloga Ana Stok.
«Pueden tener mayor falta de aire, tos crónica, silbidos en el pecho y que necesiten ir a una emergencia para que les resuelvan ese problema de crisis», agregó.
El Ministerio de Salud advirtió que los factores de riesgo frente a la circulación de los distintos virus respiratorios que se producen con la llegada del frío en niños y niñas son el bajo peso al nacer o nacidos prematuros; lactancia materna ineficaz; hacinamiento; exposición al humo; desnutrición; y esquemas incompletos de vacunación.
«Es importante vacunarse porque cuando nos vacunamos, como pasó con el Covid-19, lo que vamos a evitar es que esta gripe o coronavirus no sea una enfermedad severa y no pase más allá de un resfriado», remarcó Stok, integrante del Grupo Asma NOA (Ganoa).
Las señales para detectar en niños y niñas posibles infecciones respiratorias son si se encuentran con respiración rápida, con silbidos o ronquidos, si se le hunde el pecho al respirar, y si tiene más de 38 grados de fiebre de manera persistente.
Además, la cartera sanitaria advirtió sobre la presencia de mocos, pérdida del apetito, si no puede beber o amamantarse o si está decaído y se ve enfermo.
«En el caso de que uno sospeche con esos síntomas que el niño está con bronquiolitis tienen que consultar urgente para que se resuelva a tiempo y el niño no llegue a tener una deficiencia respiratoria», advirtió Stok.
Asimismo, remarcó que los adultos mayores también deben cuidarse, sobre todo si poseen otras comorbilidades como enfermedades cardiovasculares, endocrinológicas, diabetes y reumatológicas que hacen que «puedan tener una inmunidad más baja y todos estos virus pueden ser más severos si llegan a afectarles».
«La época de pandemia nos ha enseñado que el barbijo es un excelente elemento. Es una barrera física para evitar contagiar y contagiarse. Hay que recordar que las infecciones respiratorias, como gripe, resfríos, neumonías o bronquiolitis, se contagian por el aire e inhalar estas partículas es lo que nos contagia», agregó el especialista.
Por último agregó que lo más recomendable es una alimentación variada que incluya frutas, con aporte de vitaminas y minerales necesarios para el funcionamiento del sistema inmune, una actividad física regular, y evitar fumar en cualquiera de sus variedades para fortalecer el sistema respiratorio.
Télam