Ya no hay malezas sino montículos quemados de lo que hasta la semana pasada era parte geográfica del extenso predio que sería propiedad de una fundación de la Universidad de Morón. El viernes pasado comenzó una especie de éxodo de familias que habitan, y en emergencia, las viviendas del barrio La Gloria II (NdR: esas tierras fueron tomadas en el año 2009). Un puente corto que se levanta sobre el curso de agua del Catonas hace a la conexión de los que están decididos a quedarse con la tierra. Aún no hay construcciones a la vista pero sí casillas de madera y carpas. Un gigantesco predio parece ya estar loteado y a un ritmo constante. La policía estuvo patrullando un lugar donde las calles son intransitables. Ejerció amenazas y advertencias sin contar con orden judicial de desalojo. Extraoficialmente se indicó a Desalambrar que un «apoderado de la Fundación Universidad de Morón» habría radicado una denuncia penal en la UFI Nº 5 a cargo del Dr. Buscaglia.
En el territorio son más de 200 familias las que continúan con los desmalezamientos y permanencia en el lugar. Los testimonios de los que quieren la tierra dicen: «Necesito un terreno donde pueda tener mi casita. Yo no tengo nada, por eso me gustaría tener algo».
Con el machete en la mano y la mirada firme en el terreno, habla un hombre: «Vinimos a tomar para ver si nos dan nuestro lugar. No tengo casa propia y quiero tener lo mío también. El número de familias que está acá es incalculable. Estamos de los dos lados del predio pero todos somos iguales».
La gran mayoría de los ocupantes son del barrio y zonas aledañas. El Estado se hizo presente con la Policía Bonaerense de Cuartel V. Una mujer relata que «la acción policial consistió en correr a un muchacho a quien se le pidió el documento. Vienen a maltratarnos cuando nosotros estamos en paz. Toda la gente que está acá quiere un terreno y estamos pidiendo que, si tiene un dueño, que se presente en este lugar, muestre los papeles y nos vamos tranquilos de aquí».
Una pala en mano derecha. El joven no tiene más de 17 años y es quien relata cómo era el predio antes de la inmensa toma: «Acá estaba todo sucio y la gente vino a limpiar. Se rompieron el lomo para limpiar»
La asamblea improvisada entregó un mensaje, una conclusión: «Ya nos quedamos acá hasta que no nos muestren los papeles. No queremos que venga la policía a maltratarnos. Hasta el momento no vino nadie del municipio. Queremos recordar que esto era un campo, ahora está todo limpio porque cada una de las familias está interesada en tener lo suyo».
Gentileza: Desalambrar.
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