Paola y Érica visitaron este lunes el predio de APANI, la Asociación Protectora de Animales, donde las esperan unos 250 perros y perras rescatadas. Es el único refugio de La Pampa y tiene una trayectoria de 25 años.
El predio está ubicado en la zona rural de la ciudad de difícil acceso. Se encuentra cerrado al público debido al aislamiento, pero aceptan a nuevos perros rescatados a pesar de las restricciones para circular.
Más al norte, en Jujuy, el refugio «San Roque» para perros abandonados vive días complejos, dado que «mermó la cantidad de donaciones», según relató a Télam la coordinadora del hogar de casi 400 perros.
La activista advirtió que «los grupos de rescatistas no pueden salir a la calle, pero por las publicaciones de Facebook que realizamos», pudieron comprar alimento. Además, una carnicería de la zona les envía carne, con la que complementan la alimentación de los perros.
La Dirección de Zoonosis de San Luis comenzó en marzo a registrar de manera formal a los perros callejeros, «para atenderlos y alimentarlos durante la cuarentena», explicó Mariana Gutiérrez, directora de esa cartera.
Para la proteccionista Liliana Mora, la problemática de los perros callejeros se agudiza en los barrios periféricos de San Luis, porque «son muchísimos y algunos dueños no se hacen cargo de alimentarlos».
Ella los asiste con comida, asilo, adopción y cuidados veterinarios; una tarea se que complejizó en los últimos días debido a que «la policía te ve con bolsas de alimentos, ollas, rodeada de perros, y comienza a pedirte papeles, bajo apercibimiento de tomar medidas en tu contra».
En Bragado, los refugios siguen funcionando, pero con muchas limitaciones porque la mayoría son voluntarios que no reciben ningún apoyo del Estado y se manejan con fondos que juntan de la gente que colabora.
«Al depender de la cuota mensual, nos quedamos sin fondos fijos, ya que muchos socios no están bancarizados y no hay quien retire los aportes», explicó a Telam una proteccionista del lugar. Además, «hay muchos perros que son comunitarios, es decir, están en la calle y son los voluntarios los que les dan de comer. Pero hoy es más difícil porque no hay gente en la calle».
El municipio brindó permisos para que una persona cada dos días vaya a hacer el recorrido, ya que tienen «encargados zonales», en el centro, la terminal y la Laguna, pero se complica mucho en otras áreas.
La municipalidad de Neuquén también brinda ese tipo de asistencia a perros sin hogar, así como a los alojados en Parque Industrial. Asimismo, continúan realizando el control de enfermedades zoonóticas.
«Esta tarea la realizan solo funcionarios públicos, no por vecinos y vecinas», aclararon fuentes oficiales.
El reconocido parque Peko’s, de Córdoba, se enfrenta al desafío de mantener el cuidado de los varios animales que allí habitan. Marcela Delich, su gerenta, contó a Télam que cuentan con cuatro personas autorizadas para trabajar en tareas de alimentación de animales y de la limpieza.
Las actividades de los deportes ecuestres están suspendidas en Tucumán, pero los caballos necesitan comer y entrenarse. Es por esto que quienes trabajan con equinos deportivos están exceptuados del aislamiento. «Es necesario darles de comer y sacarlos a realizar un entrenamiento mínimo», explicaron a Télam.
Varios municipios de Mendoza confirmaron a Télam que se han suspendido los servicios de castración y vacunación antirrábica, pero sostienen las desinfecciones de los ingresos. Las autoridades municipales trabajan cooperativamente con protectoras de animales para garantizar la alimentación de perros y gatos.
La directora de Salud de Mendoza relató a Télam que «atendemos solo urgencias», y recordó que «nos manejamos con el código de convivencia que reglamenta la tenencia responsable de animales».
La doctora Mónica Perinot, de la Asociación Argentina de Medicina Felina, relató a Télam que «no hay peligro de contagio de animales a humanos, ya que el coronavirus animal se desarrolla en el intestino, no es respiratorio».
Subrayó que no hay evidencia científica de la posibilidad de contagio, pero aclara que «al ser una enfermedad nueva y dinámica, la información se modifica en lo cotidiano».
Asimismo, recalcó que la Asociación Mundial de Veterinarios Especialistas en Animales Pequeños (WSAVA) recomendó extremar las precauciones de higiene y que las personas con coronavirus no tengan contacto con animales.
Docentes y estudiantes de la Facultad de Veterinaria de la UBA se expresaron en esta misma línea y subrayaron que lo importante es prevenir el contacto entre humanos, ya que no hay peligro de zoonosis.
Informe de Télam