El juez de Garantías Jorge Rodríguez dictó la prisión preventiva para dos jóvenes acusados del crimen de un colectivero de 43 años, asesinado de un balazo en junio último cuando lo asaltaron a bordo de su camioneta mientras esperaba a que su esposa realizara una compra en un comercio del partido bonaerense de Merlo, informaron hoy fuentes judiciales.
El magistrado a cargo del Juzgado de Garantías 5 del Departamento Judicial Morón dispuso también que los imputados sean trasladados de inmediato a un penal bonaerense mientras dure la investigación judicial.
El juez en su fallo hizo lugar a la solicitud de los fiscales Fernando Capello y Walter Leguizamón de Morón sobre la prisión preventiva para Jonathan Acosta, alías «Jony» (27 ) y Sergio Ariel Armoa (37), éste último con antecedentes penales y quien estuvo preso 9 años y 6 meses por el delito de robo con arma de fuego.
«Se da lugar al pedido de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicios (UFIJ) 2 de Morón, sobre su solicitud de ‘prisión preventiva’ para los acusados Acosta y Armoa. La medida se efectúa ante un posible episodio de fuga y cualquier entorpecimiento de la etapa de instrucción. Los imputados serán enviados a un penal bonaerense», citó el juez en la medida.
Los acusados deberán enfrentar a futuro un juicio oral por «robo agravado por el uso de arma de fuego, portación ilegal de arma de fuego de guerra y homicidio criminis causae, todos en concurso real entre sí», que prevé una pena de prisión perpetua.
«Ahora ya podemos trabajar en la etapa de instrucción para lograr probar que los detenidos son los asesinos de Federico Rivero. Ya tenemos todos los motores en marcha junto a la fiscalía para demostrarlo», dijo a Télam el abogado Hugo López Carribero, representante de la familia del colectivero, al conocer la nueva medida judicial.
El letrado agregó que el hecho «fue una tragedia» y que los imputados serán llevados a juicio, en el cual buscarán la «prisión perpetua para ambos».
«Repito lo mismo que le dije a la familia Rivero, necesitamos un fallo que sea un ejemplo para la sociedad. Vamos a ir con todas las pruebas recolectadas al juicio y trataremos que los asesinos no salgan nunca mas de la cárcel», agregó Carribero.
El crimen de Rivero, quien trabajaba en la línea 312 de la empresa de colectivos «La Perlita», ocurrió el martes 16 de junio, cerca de las 19.30, cuando el chofer fue con su mujer a hacer compras.
Según contó la viuda, ambos fueron en su camioneta Renault Sandero, y se detuvieron en un comercio situado en Sucre, entre Esquiú y Finochietto, del barrio «La Blanquita», donde ella bajó a comprar una gaseosa y su marido se quedó a bordo del rodado en marcha.
«En eso veo a dos (personas) en la ventanilla del lado de mi esposo, digo ‘lo estarán saludando’ y oigo que él cambia el tono de voz y dice ‘a vos qué te voy a dar’, ahí siento el tiro y el grito de él», relató la mujer.
En ese momento, cuando lo vio, su marido estaba caído para el costado con medio cuerpo colgando del rodado porque los delincuentes «lo querían sacar a toda costa y llevarse la camioneta».
Pero cuando Caballero salió y se acercó a la camioneta, logró apoderarse de las llaves, motivo por el cual los ladrones escaparon a pie con los teléfonos celulares de la pareja y algo de dinero que había en una riñonera de su marido,
Tras ello, la mujer lo llevó hasta el hospital Eva Perón, aunque Rivero sufrió tres paros cardíacos y murió debido a que el proyectil que lo impactó le ingresó por la axila y le afectó el corazón.
Con información de Télam