La mitad de los estudiantes secundarios de entre 14 y 18 años toma alcohol, una tendencia que se mantiene estable en los últimos diez años, aunque los de 14 consumen en forma diaria más que el resto de los jóvenes, y lo hacen en fiestas, pese a que la mayoría reconoce que recibe advertencias.
El dato surge de la Quinta Encuesta Nacional sobre consumo de sustancias psicoactivas elaborada por el Observatorio Argentino de Drogas, que analizó el comportamiento de 90.450 estudiantes de nivel medio de todo el país, de 814 escuelas.
El estudio, realizado entre agosto y septiembre del año pasado, dio cuenta que el 49,3% de los estudiantes manifestó haber tomado alcohol en los 30 días anteriores a la realización del relevamiento.
Este porcentaje se mantiene estable desde el 2001, cuando poco más del 50% de los adolescentes dijo haber tomado alguna bebida alcohólica, aunque el relevamiento difundido hoy dio cuenta que el 7,4 por ciento de los menores de 14 años que consume alcohol lo hace en forma diaria.
Este porcentaje es superior al de los adolescentes de entre 15 y 18 años, lo que expresa “una tendencia preocupante”, remarcó Ignacio O Donnell, subsecretario de Prevención, Planificación y Asistencia de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).
El informe revela, además, que del 49,3% que tomó alcohol, el 14,6 son menores de 14 años, de los cuales el 38,8% manifestó haber tomado un litro o más en una sola ocasión.
El 64% de esta franja etaria respondió que ingiere cerveza los fines de semana y el 62,6 dijo preferir el vino también en forma ocasional los fines de semana.
El 65,2% de los adolescentes de 14 años o menores a esa edad bebieron un trago combinado más de una vez, y en los 15 días anteriores a la elaboración del relevamiento el 57,5% respondió haber hecho abuso de la ingesta de alcohol.
Los chicos contestaron que las fiestas en casas particulares son los lugares más propicios para ingerir alcohol, aunque el 33,6% reconoció haber recibido advertencias de sus amigos o familiares para evitar las bebidas.
En cuanto al consumo de tabaco, hay una tendencia a la disminución en los últimos diez años “quizás favorecidos por las intensas campañas contra esta droga lícita y de las restricciones impuestas”, precisó O Donnell.
En el 2011 fumaba el 18,7% de los estudiantes escolarizados que fueron encuestados, mientras que en el 2001 lo hacía el 24,8%.
Más de la mitad de los estudiantes de 14 años (54%) declararon haber fumado sólo los fines de semana y el 15% todos los días, lo cual es comparativamente superior a la franja de mayores de 17 años, en donde el 35,3% declara haber fumado durante los fines de semana.
La edad de inicio del cigarrillo a los 13 años también se mantiene estable a los largo de la última década.
En tanto, el consumo de pasta base de cocaína, también disminuyó entre los adolescentes y se ubica en el 1%, la mayoría de los cuales son varones escolarizados.
Entre los adolescentes de 14 años que consumen pasta base el 32,2 lo hizo en forma experimental y el 33,4% de estos jóvenes también consumieron éxtasis “para probar”.
La marihuana es una de las drogas que registró un incremento en su consumo en los últimos diez años entre los adolescentes ya que en el 2001 la consumían el 3,5% de los chicos frente al 16,9, que arrojó el último relevamiento.
“En el año 2009 se registró un quiebre y todavía no sabemos por qué, ya que en ese año el consumo era del 11,6% entre los estudiantes y, a partir de allí, el ritmo de crecimiento fue muy superior al del período 2001-2009”, dijo Graciela Ahumada, titular del Observatorio.
Los estudiantes con consumo de marihuana de alto riesgo representan el 1,4% del total y dentro de este porcentaje, la utilización abusiva de marihuana es superior en los chicos de 14 años.
También el 50,2% de los adolescentes de esta edad recurrieron en el último mes a la combinación de bebidas energizantes y alcohol.
Indagados por la percepción del riesgo para su salud, los estudiantes de 14 afirmaron que pueden perjudicarlos las borracheras o consumir éxtasis y cocaína en forma frecuente, mientras que los que ingieren drogas aseguran que lo hacen por problemas personales.
Consultados por las razones de la ingesta de alcohol, respondieron que lo hacen por placer, porque los divierte y les gusta, mientras que un porcentaje menor respondió por problemas personales.
En tanto la mayor parte de los estudiantes que fuman, aseguraron estar informados de los riesgos que corren, pero le restan importancia.