La mujer fue asesinada a finales de junio en su finca del barrio Mi Rincón de General Rodríguez. Se enfrentó con delincuentes que intentaron asaltarla. Baleó a uno de ellos, que horas después murió en el hospital de Moreno. La justicia ordenó la captura del principal sospechoso del crimen. Fue atrapado por la policía en Grand Bourg la semana pasada.
Mónica Beatriz Arana, de 65 años de edad, vivía en una finca llamada “San José” en el barrio Mi Rincón, de General Rodríguez. Rescataba perros abandonados y además tenía un pequeño pensionado equino. Pero el negocio principal, que realizaba junto a su pareja –un hombre de 69 años, militar retirado-, era el inmobiliario. Había vendido un campo con el objetivo de desarrollar una especie de barrio privado. Parte de pago fue una treintena de lotes, de los cuales ya habría comercializado gran parte. Los vendía a unos 10.000 dólares por unidad.
El lunes 27 de junio, Mónica Arana estaba junto a dos amigas en la vivienda. Un operario estaba en los fondos, realizando tareas de limpieza. A las 12.30, aproximadamente, por la calle Brasilia, casi esquina Navarro, estacionó una camioneta Chevrolet bordó con caja mudancera. El conductor levantó el capot y se acercó a la tranquera de ingreso a la estancia. Con un bidón en la mano, llamó la atención de Arana. La mujer le indicó a su empleado que le diera agua al sujeto.
La secuencia se aceleró. Mientras Arana giró para seguir charlando con las demás mujeres, este individuo fue directamente a la puerta, mientras el trabajador se acercaba a buscar el bidón. El recién llegado lanzó el césped el recipiente y sacó una pistola. Se desembarazó del operario, quien intentó tomarlo de una mano e ingresó a la casa, al grito de que era policía y estaban allanando. Al menos dos sujetos más entran en la escena, con armas en la mano y al trote. Arana, alertada del movimiento, giró y corrió hacia el dormitorio. El primer delincuente le pisaba los talones. Arana llegó hasta la mesa de luz, sacó un revólver calibre 38. Se escucharon una serie de detonaciones. Ya los demás malvivientes estaban dentro. Las amigas de Arana la oyen gritar: “Este hijo de puta me disparó en el corazón”. Pies en polvorosa para los hampones.
A la par, otros dos sujetos, que se movilizaban en un Fiat Cronos negro, les robaron a tres hombres que realizan unas empalizadas en el campo por orden de Arana. Se llevan los celulares. Seguidos por un Fiat Palio blanco y la camioneta que estaba estacionada en la puerta de la finca, se dan a la fuga en dirección a la Ruta 24.
Arana quedó gravemente herida. Se arrastró desde el dormitorio hasta la dependencia principal. Dejaba tras de sí, una mancha de sangre. Fue asistida por su empleado, mientras las mujeres se subían a su auto para pedir ayuda. Habían intentado llamar por telefonía celular, pero en la zona la señal es pésima. Fueron hasta el destacamento de la Policía Rural, donde salió un patrullero y regresaron al predio. Ante la demora en la llegada de la ambulancia, subieron a Arana al móvil y fueron hasta el hospital Sommer, más cercano al lugar del hecho. Cuando llegaron al nosocomio nacional, les informaron que no contaban con guardia para ese tipo de sucesos. Y los uniformados desandaron el camino y llegaron al hospital Vicente López y Planes. Los médicos no lograron estabilizarla. Tenía un disparo en el pecho. Murió.
Casi simultáneamente, en las inmediaciones del hospital provincial Mariano y Luciano de la Vega de Moreno, una mujer que paseaba a su mascota se encontró con una persona desvanecida, que sangraba profusamente. Llamó a la Policía. El patrullero encontró al hombre en un cordón de la calle Arellano, entre Camilli y Rivadavia, a dos cuadras del centro sanitario. Testigos afirmaron que fue arrojado desde un Fiat Palio color blanco. Lo llevaron al hospital, pero murió en quirófano. Fue identificado como Darío Da Silva, de 32 años y domiciliado en José. C. Paz. Anudando los indicios, los investigadores especularon que Da Silva no era ajeno al suceso que terminó con la vida de Arana.
La pesquisa recayó en la UFI Nº 9 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez a cargo de la Dra. Alejandra Rodríguez. Inmediatamente pidió la intervención de la Ayudantía Especializada en Investigaciones Complejas dependiente de la Fiscalía General comandada por el Dr. Lucas Oyhanarte. Desde la justicia, además del relevamiento detallado por parte de la Policía Científica, solicitaron la asistencia del Centro de Monitoreo de la municipalidad de General Rodríguez. En el rango de tiempo que ocurrió el crimen, por ruta 24 pasaron en dirección a la finca de Arana en caravana, un Fiat Cronos negro y un Fiat Palio blanco. Detrás una camioneta Chevrolet C 20 color bordó y caja mudancera. Casi 20 minutos después, el paso del Cronos y el Palio fue en sentido contrario. Detectaron las patentes, pero ambas eran robadas. La camioneta fue registrada en Ruta 6, en dirección a Luján. En este caso el dominio era legal y la titularidad correspondía a Miguel Ángel Plaza, de 57 años, domiciliado en Grand Bourg (Partido de Malvinas Argentinas) y con antecedentes penales.
Con este dato, desde la fiscalía se organizó una rueda de reconocimiento con una serie de fotos de personas con prontuario policial. Todos los testigos habrían señalado a Plaza como el sujeto que ingresó primero a la finca. El “Homicidio criminis causae en concurso real con robo agravado por el uso de arma de fuego apta para el disparo y por ser cometido en poblado y en banda” ya tenía un sospechoso: Miguel Ángel Plaza.
La División de Investigaciones de Robos Organizados de la Policía Federal Argentina quedó a cargo del trabajo de campo. Analizaron redes sociales, hicieron escuchas telefónicas y seguimientos en la zona de Grand Bourg, partido de Malvinas Argentinas. En base a estas tareas, no quedó dudas que Plaza era cabecilla de una peligrosa banda, que habría realizado varios asaltos en la modalidad “entradera” en la región. Ya con un domicilio determinado que habitualmente visitaba, desde la fiscalía solicitaron al Juzgado de Garantías Nº 3 de la Dra. Celina Ardohain, una orden de allanamiento, secuestro y captura en contra de Miguel ángel Plaza.
El lunes 17 de octubre la fuerza federal ingresó en una vivienda de la localidad de Grand Bourg. Plaza, al verse sorprendido, escapó por los techos, semidesnudo. Fue finalmente capturado. En sede fiscal, se negó a declarar. Quedó detenido. Es el principal sospechoso de asesinar a Arana.
Las dudas se acumulan en la causa. ¿Cuál fue el motivo que una banda integrada al menos por siete delincuentes se dirige a una estancia escondida en un barrio rural de General Rodríguez? Los datos que trascendieron, a través de fuentes vinculadas en la investigación, indican que Mónica Arana esa misma mañana había hecho una fuerte operación financiera. Habría canjeado dólares por moneda local. El intercambio habría llegado al millón de pesos. Era dinero en efectivo para enfrentar deudas nacidas de las pequeñas obras que estaba realizando el predio.
Esta sería la principal hipótesis que guía la pesquisa. No se habría tratado de un robo al voleo. Los investigadores especulan sobre la existencia de un entregador. Una persona que conocía los movimientos cotidianos de la víctima. Plaza y su banda habrían sido la mano de obra operativa. La causa no está cerrada. Falta identificar fehacientemente al resto de los delincuentes y avanzar sobre el presunto delator.


