Allanamientos por el productor frutihortícola boliviano asesinado en Malvinas

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Tres allanamientos se realizaron durante la madrugada de este viernes 1º de agosto en el marco de la investigación desarrollada en torno al homicidio de Félix Estrada Soto, el productor frutihortícola asesinado el lunes 28 de julio en Las Malvinas, partido de General Rodríguez. En los operativos realizados por la Policía se demoraron dos personas, que fueron posteriormente liberadas, pero quienes quedaron imputados en la causa instruida por la UFI Nº 9 del Departamento Judicial de Mercedes.
Allanamientos
Durante la madrugada del viernes 1º de agosto, una treintena de policías -entre ellos efectivos de la Comisaría 2º de General Rodríguez -Las Malvinas-, Comisaría 4º de Moreno -Cuartel V- y del GAD -Grupo de Apoyo Distrital- irrumpieron en tres viviendas, dos de ellas en Moreno y la restante en el barrio Altos del Oeste. Los investigadores contaban con datos que señalaban que en esas casas se encontrarían personas vinculadas al brutal homicidio de Félix Estrada Soto.
El ingreso a estos lugares había sido aprobado por el Juzgado de Garantías en turno a pedido de la UFI Nº 9 del Departamento Judicial de Mercedes con asiento en Luján a cargo del Dr. Oscar Reggi en el marco del expediente caratulado como “Homicidio calificado” y que tuvo como víctima a este productor frutihortícola de nacionalidad boliviana de 45 años.
En dos de los objetivos -ubicados en el barrio Parque del Oeste de la localidad morenense de Cuartel V- los uniformados aprehendieron dos individuos -ambos con antecedentes penales por delitos graves, uno de ellos incluso habría purgado una condena en una unidad carcelaria por homicidio en ocasión de robo- quienes fueron trasladados a la dependencia policial. Los investigadores no pudieron encontrar en estos domicilios elementos que los vinculen directamente al asesinato de Estrada Soto.
En el allanamiento restante, realizado en el barrio Altos del Oeste de General Rodríguez, los policías secuestraron dos escopetas del tipo “tumbera”. Pese a la exhaustiva requisa no lograron hallar la pistola calibre 9 mm. con la que los delincuentes asesinaron al vecino de nacionalidad boliviana.
Durante la mañana de ese mismo viernes, los individuos demorados por la Policía fueron trasladados a Luján, donde prestaron declaración ante el Dr. Reggi. Ambos sujetos quedaron imputados en el delito investigado, pero ante las pocas pruebas recolectadas que los vinculen directamente con el homicidio, el fiscal dispuso su liberación. La pesquisa continúa para determinar fehacientemente las responsabilidades en la brutal muerte de Félix Estrada Soto.
El homicidio
El sangriento hecho ocurrió el lunes 28 de julio en una precaria vivienda ubicada en la esquina de la calle Corrientes y Lucio V. Mansilla. Una gavilla de delincuentes irrumpió violentamente en la morada de esta familia cerca de las 3 de la mañana de ese día, manifestando a voz en cuello sus intenciones de robo.
El jefe de familia, que descansaba en la humilde construcción junto a su esposa y sus cinco hijos, saltó de la cama y los enfrentó. En el forcejeo, uno de los malvivientes disparó su arma. La bala impactó de lleno en el pecho del hombre, que cayó mortalmente herido. También fue alcanzado en ambos brazos uno de sus vástagos, un joven de 18 años. Inmediatamente los delincuentes se dieron a la fuga.
La misma familia trasladó a los heridos al hospital Vicente López y Planes de General Rodríguez. El hombre que recibió el balazo en el tórax fue ingresado al quirófano, donde los médicos denodadamente intentaron salvarle la vida. Pero el plomo lesionó varios órganos, haciendo infructuoso el esfuerzo de los galenos. Después de agonizar durante 12 horas, finalmente falleció, apenas pasado el mediodía de ese mismo día.
La víctima se llamaba Félix Estrada Soto, de 45 años y de nacionalidad boliviana. Su hijo, Ariel Estrada Quispe fue asistido y posteriormente dado de alta, en medio de la tragedia familiar.
Dos hechos llamaron la atención de los investigadores. El primero de ellos fue que los delincuentes antes de ingresar a la vivienda envenenaron a tres perros que estaban en el predio, lo que señala a las claras una preparación previa por parte de los malvivientes. Por otro lado extrañó a los uniformados las nulas medidas de seguridad de la casa: la puerta de acceso no tenía cerradura ni picaporte. Era trabada desde adentro con una garrafa.
El móvil
Las fuentes consultadas descartaron la posibilidad de que existiera una fuerte suma de dinero, cuestión que fue certificada con testimonios de la familia de la víctima. Según los vecinos, los Estrada -que se afincaron en ese terreno hace unos tres años- eran quinteros y trabajan en las plantaciones desde el alba hasta el crepúsculo. Pese al esfuerzo conjunto su acumulación de riqueza era exigua, dada la cantidad de bocas para alimentar. Tampoco se supo de ninguna operación comercial de importancia en las que hubiese estado involucrado Estrada Soto, como la compra venta de algún vehículo.