Con pocas horas de diferencia, personas que se movilizaban en una moto, asaltaron y alteraron la tranquilidad con que estaban desarrollando la actividad profesional de la salud, en dos salas de atención primaria.
La andanada de robos que se producen en General Rodríguez siempre trae aparejados cosas novedosas y nuevos modus operandi con que se manejan los delincuentes. Durante la mañana del lunes 11 y en pleno desarrollo de la actividad dentro de las salas periféricas, dos hombres que circulaban en una moto, protagonizaron dos robos casi simultáneos que alteraron la vida diaria de quienes trabajan en las mismas.
El primero de los hechos se suscitó alrededor de las 10,30 horas, en el edificio donde funciona la sala del barrio Los Naranjos. Estando en el lugar cerca de media docena de pacientes que esperaban ser atendidos por la psicóloga, se nota ingresar a dos personas de entre 20 y 30 años, las cuáles le solicitan a la enfermera ser atendidos por una profesional, dado que uno de ellos, que aparecía con la mano tapada, manifestó que había tenido un accidente.
Casi sin mediar palabras y cuando no habían pasado más de 10 segundos, desde un bolso pequeño que tapaba la zona donde justamente decía tener la herida, el caco extrae un arma de fuego y apuntando a todos los presentes en la sala de espera, les comenzó a gritar que “Al que se mueve lo mato”, generando así un momento de real zozobra para los grandes y chicos que estaban en la sala.
Mientras el delincuente que tenía el revólver contenía a las personas quietas, el secuaz se dirigió directamente hacia donde estaba la psicóloga y le sustrajo la cartera, desapareciendo a los pocos segundos únicamente con las pertenencias de la profesional.
Con la consternación que causó la situación, se llamó a la Comisaría 2º de las Malvinas, la cual acudió al lugar e intentó obtener datos para salir en busca de los ladrones.
Sin resultados positivos en la búsqueda de la moto y mientras seguían programando, ya con la presencia del director de seguridad municipal Daniel Evangelista, la manera de buscar a los autores materiales del hecho, se conoció otro ataque perpetrado por los mismos protagonistas pero, en este caso, en la sala periférica de Villa Vengochea. Según se supo, cerca de las 13,30 horas, mientras estaba la enfermera y un grupo de vecinos esperando ser atendidos por la profesional de turno, aparecieron nuevamente en acción los dos delincuentes y con el mismo sistema, se hicieron de la cartera de la profesional a cargo de la sala (contenía un teléfono y algo de dinero en efectivo), y posteriormente se dieron a la fuga con destino incierto.
Reiteradamente avisadas las autoridades de la Comisaría 2º, se preparó un fuerte operativo cerrojo en las rutas de salida del distrito, pero el mismo no obtuvo resultados positivos, por lo que se consideraba que, posiblemente, los autores de los robos puedan ser de la zona donde terminaron actuando.
Dado los dos episodios sufridos en las salas periféricas, se le dio aviso al secretario de salud y acción social de la municipalidad Martín Durañona. La idea de las autoridades de seguridad fue que realice un alerta general al resto de los trabajadores dependiente de su área, puesto que los ataques podrían seguir con el transcurrir de las horas.
Más allá que fueron los primeros robos con estas características que se vivieron en los establecimientos de salud barriales, lo que más llamaba la atención a las autoridades que investigaban los acontecimientos, es que los malhechores únicamente se llevaban los bolsos de quienes estaban a cargo profesionalmente de la sala y no del resto de la gente, a quienes le dejaron en sus manos celulares, relojes y otros elementos de valor.